Diego Ventura salva la tarde

Abrió de lleno la parte final de la temporada 2019 en la plaza Nuevo Progreso. Entrada de media plaza como respuesta a un cartel que se antojaba interesante, toda vez que en él, se incluían al rejoneador del momento, el portugués Diego Ventura, y a dos jóvenes hidrocálidos ávidos de conseguir un triunfo en el coso de la Monumental. 

Toros de juego diverso, venidos a menos en su conjunto y ofreciendo, todos, pocas opciones para el lucimiento. Los cuatro astados para los toreros de a pie, procedentes de la ganadería de La Estancia, cumplieron en varas pero no en fondo de bravura. Destacó como menos malo el primero del lote de Leo Valadez, que aunque acusaba una lesión en los cuartos traseros, ofreció una embestida clara por la diestra, pero sin entregarse por completo. 

Diego Ventura perdió en su lote de la lidia ordinaria el triunfo grande con el segundo de su turno. Un toro que acometió, fue bravo y al que el centauro cuajó en una faena llena de espectacularidad. Justo y ceñido en sus cabalgaduras, cuajando banderillas al quiebro, y haciendo gala de una cuadra donde destacaron los ejemplares de capas diluidas. Con su último toro, Ventura pinchó, perdiendo así los trofeos y obligándole a anunciar un tercer toro, el de regalo, con el que vino, ahora sí, el triunfo rotundo. 

Entregado y con un toreo que fue en general de pecho a enanca, el portugués supo entender a su ejemplar, un toro que sacó el fondo de bravura y acudió con alegría, permitiendo al de a caballo, lucir con ese toque de espectacularidad, entre elevadas sostenidas y haciendo gala de la alta escuela de sus equinos. 

Ventura sufrió en éste una fuerte caída que le obligó a sacar la casta y sobreponerse, destacando con su tordillo al manejarlo sin rienda, un gesto que cautivó en la afición de Guadalajara. Acertado con rejones de castigo, banderillas y cortas, Diego remató su faena de entera en sitio, lo que le valió las dos orejas. 

Para los de a pie no fue una tarde rotunda. Luis David pechó con el peor lote, entre un primero que se agarró al piso, hasta un segundo al que le pudo conseguir sentidos y largos muletazos al natural, aunque abusando en repetidas ocasiones del pico de la muleta. No logró consolidar su faena y se fue en blanco entre un notable silencio. 

Leo Valadez, por su parte, tuvo su mejor momento con el segundo de su lote. "Caleserinas" templadas y con quietud, "Zapopinas" cuajadas en su máxima expresión, así como un tercio de banderillas completado por él mismo, auguraba una faena de triunfo. El toro vino a menos, y Leo sólo consiguió muletazos por ambas manos de calidad y hondura, pero sin el ritmo necesario en su faena para pensar en el triunfo. 

Así concluyó la primera de cuatro corridas anunciadas en la Nuevo Progreso. Este próximo fin de semana, reaparece el matador limeño Andrés Roca Rey, en lo que se pronostica, sea la corrida de más expectación de este serial taurino. 

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