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Líbano no descarta intervención del exterior en explosión de Beirut

(Foto: Agencia EFE)

El presidente libanés, Michel Aoun, se refirió hoy en un encuentro con periodistas libaneses a la investigación al afirmar que no descarta ninguna hipótesis sobre las causas que hicieron saltar por los aires las dos mil 750 toneladas de nitrato de amonio que se encontraban almacenadas en el puerto desde hace seis años.

"Hay dos posibilidades para lo que pasó: o la negligencia o intervención exterior con un misil o bomba", dijo Aoun.

Agregó que ha pedido al presidente francés, Emmanuel Macron, que les proporcionen "fotos aéreas" para determinar si hubo aviones o misiles en el cielo, una teoría que por el momento no ha tenido defensores.

"Si estas fotos no las tienen los franceses se las pediremos a otros", agregó.

Aoun indicó que las pesquisas incluyen a 20 personas, pero que "no se puede detener a ninguna y encarcelarla antes de la investigación" y reivindicó la necesitad de una pesquisa nacional pese a que son muchas las voces dentro y fuera del país que piden que sea hecha con o por expertos internacionales.

Ciudadanos y grupos civiles han responsabilizado en las últimas horas a la desacreditada clase dirigente libanesa de una tragedia que para muchos no es más que la síntesis de una deriva de un Gobierno que no puede dar respuestas a los problemas del país.

"Si no podemos gobernarnos a nosotros mismos ningún otro nos podrá gobernar. La soberanía libanesa no se va a tocar durante mi mandato", dijo el presidente.

Mientras, en las calles miles de habitantes de Beirut y de otras localidades del país que se han acercado a la capital para ayudar continúan los trabajos de limpieza armados con escobas y palas y con poca o ninguna esperanza de recibir apoyo del Gobierno.

Por el momento hay 16 personas en arresto domiciliario, incluido el director del puerto, por lo ocurrido el pasado martes, según indicó a Efe una fuente militar que pidió el anonimato.

Los arrestos domiciliarios se desarrollan al amparo del estado de emergencia de 15 días que dictó el Gobierno el pasado miércoles para la capital libanesa. 

Continúan trabajos de rescate

Los trabajos de rescate continúan este viernes en el puerto de Beirut, donde equipos internacionales tratan de recuperar cadáveres bajo los escombros dejados por una explosión que hasta el momento ha causado 154 muertos y miles de heridos.

Lo más cerca que se puede llegar al punto cero de la explosión que el pasado martes llevó a Beirut a una pesadilla es la puerta del puerto de la capital.

Allí patrullas militares bloquean la entrada con vehículos y se muestran inflexibles a las peticiones de los periodistas para acceder a su interior, donde solo unos pocos fotógrafos pueden acceder puntualmente.

“Si conoces a alguien que tenga poder llámale y dile que nos mande una orden para permitirte el acceso", dice uno de los militares a Efe.

En el interior trabajan en el más absoluto hermetismo cinco equipos de rescatistas de Grecia, Alemania, Francia, Turquía y Rusia.

Un miembro de la Defensa Civil libanesa que está con ellos también se resiste a dar información diciendo que está completamente prohibido, pero después de un rato admite que "ayer se recuperaron tres nuevos cuerpos".

Sube el número de muertos

El ministro libanés de Salud, Hamad Hasan, elevó hoy a 154 el número de muertos como consecuencia de la explosión que el pasado martes sacudió el puerto de Beirut y afirmó que 120 de los heridos están en condición grave.

Hasan indicó que alrededor del 20 % de los 5.000 lesionados que ha causado la explosión ha necesitado hospitalización y destacó que en algunos casos el cristal que saltó por los aires tras el estallido en un radio de varios kilómetros ha obligado a someter a los heridos a "cirugías minuciosas".

Este es el dato de heridos más específico que ha dado el Gobierno desde el suceso del pasado martes, aunque aún no se ha ofrecido una cifra concreta sobre el número de desaparecidos.

La situación de los hospitales es apremiante y mucha de la ayuda médica está siendo utilizada de manera inmediata en un país que vivía un repunte del impacto de la Covid-19 en la población.

EH