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Más de 82 mil asistentes acompañaron a Deftones y Linkin Park

Más de 82 mil asistentes acompañaron a Deftones y Linkin Park

El último día del Corona Capital 2025 tuvo vibra de reunión generacional: más de 82 mil asistentes -esos millennials que crecieron entre Ares, MTV y carpetas llenas de MP3 imperfectos- llegaron al Autódromo Hermanos Rodríguez listos para un domingo que olía a nostalgia.

Aunque la tarde empezó tranquila, como si todos guardaran energía para el cierre, los alrededores contaban otra historia: menos puestos pirata, pero los suficientes para ver playeras de Linkin Park, Deftones y AFI ondeando como recuerdos impresos.

Entre pop europeo y la llegada de Rose Gray y Adéla al Viva Tent, la jornada avanzó hasta que la tarde dejó de ser un calentamiento y se volvió un auténtico ritual rockero. AFI y Weezer encendieron los escenarios, pero el ambiente empezó a cargarse de electricidad cuando llegó el turno de Deftones.

El escenario Doritos se volvió un imán. Chino Moreno salió con esa mezcla de melancolía y furia controlada que domina tan bien, y el público —gente de todas las edades, incluso niños en hombros— se entregó desde los primeros acordes. “Rocket Skates”, “Sextape” y “My Mind Is a Mountain” levantaron olas completas de celulares, gritos y nostalgia. Fue un recordatorio de por qué la banda sigue siendo una de las favoritas de la capital: intensidad sin pose, devastadora y suave al mismo tiempo.

Pero lo más esperado llegó casi a las 23:00 horas. Una cuenta regresiva, un grito colectivo y de pronto Linkin Park volvió a convertirse en el puente directo a los 2000. Mike Shinoda, en plena forma, abrió con “Somewhere I Belong” mientras miles corrían desde Deftones para no perderse ni un segundo.

Emily Armstrong, la vocalista que dividió opiniones desde su llegada, solo necesitó unos cuantos versos para demostrar que no buscaba reemplazar a nadie, sino escribir un nuevo capítulo. Sus guturales en “Lying From You” y la energía con la que tomó la guitarra roja borraron cualquier duda.

Entre láseres azules, máscaras de luchadores y un “¡Viva México, cabrones!” de Shinoda, la banda recorrió himnos como “Faint”, “What I’ve Done”, “Numb” e “In the End”, que cerró con risas cuando Emily bromeó: “I hope y’all don’t have lice”.

Una noche que no solo celebró música: celebró memoria, crecimiento y el eco intacto de una generación que, al parecer, todavía no está lista para dejar de brincar.

GR