En su primer encuentro con la prensa tras recibir el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2025, el escritor franco-libanés Amin Maalouf abrió una ventana a su proceso creativo, sus vínculos con la música y su visión sobre los conflictos internacionales, particularmente el que persiste en la Franja de Gaza.
Desde Expo Guadalajara, el autor de León el Africano recordó que su vocación literaria surgió desde la infancia, marcada por un entorno familiar dedicado a las letras. “Mi padre era periodista y pensé que durante toda la vida me dedicaría a la escritura… siempre tuve ganas de escribir”, relató. Su inclinación por la ficción, dijo, se alimentó de su temperamento para imaginar historias.
“Una novela nace con un personaje”
Maalouf explicó que su proceso de escritura parte casi siempre de un protagonista.
“Todo empieza con el primer personaje… cuando recibe un nombre, nace”, afirmó. Mientras la novela le exige trabajar desde lo imaginario, el ensayo —género al que ha recurrido con mayor frecuencia en los últimos años— le permite expresar ideas con mayor precisión. “No me gusta que mis personajes sean portavoces de lo que pienso”, insistió.
Una vida marcada por la música
El ganador del Premio FIL también habló de su relación con la ópera, género en el que ha colaborado como libretista. Aunque no se considera músico, reconoció que creció rodeado de un ambiente musical: “Vengo de una familia de músicos… alrededor de la música encontré el ritmo en los libros”.
Sin una solución inmediata para Gaza
Cuestionado sobre el conflicto en Medio Oriente, Maalouf —nacido en Beirut en 1949— lamentó la falta de avances para una solución duradera en Gaza.
“Nos acercamos tres o cuatro veces a comenzar a vivir en paz y dignidad, pero todo terminó en decepción”, expresó. Añadió que, por ahora, no visualiza una salida inmediata y que el enfrentamiento podría prolongarse indefinidamente. “Esto sería milagroso, pero tal vez no llegaremos a una solución”.
El papel de la literatura ante un mundo complejo
El autor reiteró que la literatura tiene la responsabilidad de ayudar a la sociedad a comprender la transformación acelerada del mundo. “Tenemos el derecho y el deber, como personas libres, de entender el mundo y hacia dónde va, para contribuir a su avance y protegernos de sus peligros”, apuntó.
GR
