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Fracastoro y los cometas

El avance más significativo en la teoría cometaria en este período fue la observación de que una cola de cometa está siempre dirigida en oposición al Sol. La gente asociada con este descubrimiento son Girolamo Fracastoro, Pedro Apiano, Girolamo Cardano y Johannes Vögelin.

Jane L. Jervis, Cometary Theory in Fifteenth-Century Europe, D. Reidel Pu. Co., Dordrecht-Boston-Lancaster (1985), p. 121 

En un tiempo cuando las observaciones astronómicas todavía no contaban con el auxilio de los telescopios ópticos, aún campeaba la visión escolástica de la naturaleza en las universidades del mundo y la aparición de cometas despertaba resquemores en la mayoría de la población, como lo fue en los años de 1531 a 1533 cuando tres espectaculares cometas se presentaron y fueron oportunidad de estudios detallados entre los entendidos de la novel astronomía moderna.

Profesor de anatomía –a él debemos la palabra sífilis para denominar la terrible enfermedad– y lógica en la Universidad de Padua, Girolamo Fracastoro (circa 1478-1553) era afín a la doctrina griega de las esferas homocéntricas de Eudoxo de Cnido, esferas con un centro común, y al efecto su mayor trabajo astronómico publicado hace 480 años fue Homocentricurum, sive de stellis (Venecia, 1538) en el que discute acerca de la tríada de cometas antes mencionada, y apunta acerca de sus colas: “Directo semper in oppositam Soli partem” (siempre directa en la dirección opuesta al Sol).

Sin embargo su sistema de esferas homocéntricas con el que pretendió reemplazar el de Ptolomeo estaba compuesto de 76, de las cuales la más baja era sublunar y el “reino de los cometas”, y según apunta John North (Historia Fontana de la astronomía y la cosmología, FCE, México (2001), P. 213) “Pensó que era obvio que los cometas están más cerca que la Luna, porque de otra manera no podrían moverse libremente através de las esferas celestes”; un problema subyacente de la doctrina de las esferas homocéntricas era explicar la variación del brillo de los planetas, pues la distancia no debía variar, el problema parecía resolverse con nubes que disminuyen dicha brillantez. North le adjudica establecer “una nueva moda astronómica, si bien de breve duración”.      

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da/i