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255 años sin Delisle

Joseph-Nicolas Delisle fue un profesor y astrónomo observacional conocido por su trabajo sobre predicción de cometas y tránsitos

Wolfgang Kokott, ‘Biographical Encyclopedia of Astronomers’, Springer, New York-Heidelberg-Dordrecht-London (2014), p. 549

 

Si usted, amable lector, tiene interés en las coincidencias alrededor de la fecha 11 de septiembre, podemos entonces comentar de otra bastante curiosa relacionada en buena parte con temas astronómicos. Tal día, pero del año 910, fue fundada L’abbaye de Cluny, célebre monasterio benedictino, por Guillaume le Pieux de Aquitania; 858 años después también el 11 de septiembre falleció en París a la entonces provecta edad de 80 años el astrónomo Joseph-Nicolas Delisle, pero entonces ¿cuál es la peculiar coincidencia?

Resulta que uno de los observatorios astronómicos donde realizó su labor estaba situado en la azotea del Hotel Cluny de la capital francesa y era uno de los 14 activos en la ciudad entre los cuales se compartían observaciones, según ya lo he consignado en esta columna (ver El Diario NTR, El Pegaso de Sigüenza, 11 de julio de 2022).

Quien nació el 4 de abril de 1688 en la ahora conocida como Ciudad Luz se integró a l’Académie royale des sciences en 1714 como associé de Giacomo Maraldi (1665-1729), según refiere su biógrafo Wolfgang Kokott (1937-2007), quien fuera profesor de la Technische Universität München y miembro de la Comisión de Historia de la Astronomía de la Unión Astronómica Internacional, recibió la cátedra de Matemáticas en el Collège royal en 1718.

En 1715 descubre el fenómeno luego conocido como “punto de Arago o punto de Poisson” el punto luminoso que aparece en el centro de la sombra de un objeto circular, efecto óptico por el cual se favorecería la naturaleza ondulatoria de la luz y que fue confirmado por su maestro Maraldi hasta 1723, redescubierto por Siméon Denis Poisson (1781-1840) en 1818 y Dominique François Jean Arago (1786-1853), quien lo reporta en 1819 en la Real Academia de Ciencias.

Delisle tuvo especial interés en los tránsitos de Mercurio y Venus, fenómeno en el cual los planetas interiores de nuestro sistema solar pasan frente al disco aparente del Sol y cuyo cuidadoso registro en esa época era el único método directo para determinar la distancia Tierra-Sol. Al efecto emprendió una expedición en 1740 hasta Siberia para observar el tránsito de Mercurio de ese año, sin embargo, el cielo nublado impidió realizar las observaciones; la reseña de la expedición se publicó en su L’Histoire générale des voyages (1768).

El aún más extraño tránsito de Venus que se verificaría en 1760 lo motivó para organizar una campaña de observación, al efecto preparó un mapa donde se indicaba en qué lugar de la Tierra sería visible este tránsito y con ello dónde deberían ubicarse las distintas estaciones de observación como un primer esfuerzo de coordinación y colaboración internacional.

X: @durrutydealba

jl/I