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Colector facilita las inundaciones

TRAS LA ANEGACIÓN. Los trabajos de limpieza en la estación San Juan de Dios continuaron hasta el martes. (Foto: Especial)

Con tal de no enviar la Línea 2 del Tren Ligero a mayor profundidad en 1992 y dejar en su lugar el colector pluvial que se encontraba en la calzada Independencia y Javier Mina, se optó por modificar la infraestructura para que ésta rodeara al túnel; sin embargo, tomó forma de sifón y, desde entonces, complica el flujo del agua y facilita inundaciones como la del lunes en la estación San Juan de Dios, la cual provocó la suspensión del servicio.

Así lo explicó Arturo Gleason Espíndola, especialista en hidráulica de la Universidad de Guadalajara (UdeG), quien recordó que San Juan de Dios es la zona más baja de la cuenca del valle de Atemajac y por naturaleza recibe gran cantidad de escurrimientos que no se sopesaron al tomar la decisión de manipular el colector, lo cual sigue cobrando factura 27 años después.

“La capacidad de respuesta de los colectores en la ciudad es deficiente, hay mucha agua y poca capacidad de dren, lo que ha estado pasando desde hace mucho tiempo. En San Juan de Dios se complica todavía más porque había un río, es la parte más baja de la cuenca, toda el agua va a dar al río San Juan y luego a la Barranca. El problema es que el río se entubó y la cuestión que complicó más fue que construyeron el Tren Ligero”, contextualizó Gleason Espíndola.

“Antes, el colector era un tubo que pasaba en línea recta, desgraciadamente en los 90 se decidió que cambiarían el colector en vez de que la Línea 2 pasara por abajo, hicieron un sifón malhecho (...) no fue bien diseñado, de hecho huele mal por eso, porque no fluye el agua en época de estiaje, esa situación en casos extremos es un taponamiento; el lunes en San Juan de Dios el agua ya no tuvo para donde salir e inundó el Tren Ligero”, añadió.

El especialista añadió que la tormenta del lunes que dejó un muerto y severas inundaciones en la calzada Independencia, Javier Mina, Hidalgo y calles aledañas fue de entre 50 y 60 litros por metro cuadrado (milímetros), es decir, no se trató de un suceso extraordinario debido a que cada año llueve en esos volúmenes varias veces durante el temporal en Guadalajara; sin embargo, afirmó que hace falta una red de monitoreo más robusta para tener datos más exactos de las precipitaciones y poderlos comparar.

Sin precisión

  •  A decir de Arturo Gleason, actualmente existen alrededor de 25 estaciones meteorológicas en la ciudad, pero no están interconectadas, pues algunas son de la UdeG, otras de Protección Civil y demás instituciones, por lo que no es posible revisar los datos que cada una arroja en un solo sitio
  •  Esta situación limita el conocimiento de los fenómenos hidrometeorológicos en la ciudad, por lo que el experto llamó a las autoridades a hacer una inversión seria como parte de los programas para evitar inundaciones

JJ/I