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Exigen sanear siete ríos contaminados por basureros

SUCIEDAD. Los lixiviados afectan al río La Soledad. (Foto: Especial)

Un total de siete ríos contaminados por tres basureros de Zapopan deben ser saneados y devueltos a su condición original por quienes los perturbaron. Así fue la exigencia, emitida a través de una carta, de pobladores de diferentes comunidades cercanas a la barranca del río Santiago, en Zapopan, dirigida al presidente Andrés Manuel López Obrador, al gobernador Enrique Alfaro Ramírez y al alcalde Pablo Lemus Navarro. 

En la misiva los afectados manifestaron que 16 mil habitantes de 12 poblados –entre ellos Huaxtla, San Lorenzo, Milpillas, La Soledad e Ixcatán– se encuentran inmersos en el desastre ambiental que han ocasionado los lixiviados de Picachos, Hasars y Copalita, el cual ya está en desuso, pero sigue generando desechos producto del volumen de residuos acopiado durante años.  

Su exigencia es que se sanen los ríos La Soledad, Milpillas, Agua Fría-Ixcatán, Agua Prieta, Blanco-Cola de Caballo, Los Camachos y el Santiago.  

“El rio La Soledad tiene una extensión de 10 kilómetros; se ve afectado por las descargas residuales sin tratamiento adecuado de los fraccionamientos Valle de los Molinos II, Mirador del Bosque, Hacienda Copala, (así como por la) perforación de pozos profundos (y) lixiviados del basurero de Copalita cerrado en agosto de 1994, que impactan negativamente en los cultivos hortícolas y frutícolas, proyectos ecoturísticos, ganado y fuentes de agua para consumo humano”, señala la carta. 

La misiva, que además va acompañada de una queja en la Comisión Nacional de Derechos Humanos por incumplir la obligación gubernamental de dotar a los ciudadanos de un medio ambiente sano, pide atender la salud de las poblaciones afectadas y hacer visitas de inspección a los tiraderos Picachos y Hasars, pues de lo contrario cerrarán el acceso a ambos el 12 de octubre. 

“Exigimos que de inmediato se hagan visitas de inspección (...) y se levanten la actas de sanción contra quien resulte responsables aplicando el principio quien contamina paga, y que se paguen a nuestros pueblos los daños ambientales pasados, presentes y futuros ocasionados por los fraccionamientos, basureros municipales y privados, perforación de pozos profundos, incendio deliberado de bosques y contaminación de aguas superficiales y profundas utilizadas históricamente por nuestros pueblos”, añade.