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El apoyo a Salgado Macedonio

“Un violador no será gobernador”. Con esta consigna, grupos feministas expresaron su repudio a que Félix Salgado Macedonio, sobre quien pesan acusaciones de violación y abuso sexual, sea el candidato de Morena a la gubernatura de Guerrero. 

Pese a ello, con el apoyo Andrés Manuel López Obrador y los militantes morenistas, incluidas muchas mujeres, el partido oficial ratificó que Salgado Macedonio será su candidato. 

El argumento del mandatario y de Morena para mantener el apoyo a Salgado, pese a las acusaciones, es que es al “pueblo” a quien corresponde decidir. Y el pueblo, en las encuestas, se inclinó por el amigo del presidente. 

En un comunicado Morena explicó así la ratificación de Salgado: “Uno de los grandes objetivos de la cuarta transformación es vivir en una auténtica democracia donde el pueblo mande. La gente de Guerrero evaluó y tomó una decisión”. 

Algunas personas se preguntan por qué López Obrador y Morena apoyan a un hombre con el perfil de Salgado. La respuesta es muy simple: porque les conviene y porque pueden. Me explico. 

Para consolidar su proyecto político el presidente requiere mantener y aumentar el control del Congreso. Actualmente, con el apoyo de sus aliados: el Partido Verde, Encuentro Social y el Partido del Trabajo cuenta con la mayoría, pero no le alcanza para modificar con comodidad la Constitución. 

En la semana que terminó López Obrador anunció que, si los magistrados de la Suprema Corte deciden que la nueva ley sobre energía es anticonstitucional, entonces enviará una iniciativa para cambiar la Constitución. 

En las próximas elecciones del 6 de junio se decidirá la conformación de la Cámara de Diputados. Salgado Macedonio es, hoy por hoy y pese a todo, según las encuestas, el candidato con más posibilidades de ganar. Una buena parte de los electores suelen votar por el mismo partido para todos los cargos. De ahí, que el voto por el candidato a gobernador pueda traer también votos a los candidatos a diputados de Morena. Y cada distrito ganado se convierte en un mayor control de Congreso. 

La segunda razón es porque consideran que pueden. Los morenistas calcularon que el costo político de la decisión en términos reales sería mínimo. Con la altísima popularidad de López Obrador, el presidente y su partido tienen un capital político que pueden poner en juego sin demasiadas consecuencias. 

Hasta ahora, el apoyo a Salgado no ha representado un costo significativo ni para el presidente ni para su partido. El caso se discute en círculos muy cerrados. Para la mayoría de los seguidores de López Obrador el caso es irrelevante. No sólo eso, mujeres morenistas han cerrado filas en torno a la decisión. Llama la atención la sumisión con la que no sólo la aceptan, sino que la justifican y hasta la defienden. Algunas sí emitieron opiniones contrarias, pero sin ninguna repercusión. Solamente Estefanía Veloz renunció al partido por este hecho. El costo político ha sido mínimo. 

El movimiento feminista y otros sectores de la sociedad sí se manifiestan en contra, pero hasta ahora no han conseguido preocupar a López Obrador ni a Morena. 

Algunos militantes y simpatizantes de Morena se enfrentarán a un dilema. Si votan por ese partido apoyarán la decisión y, si no lo hacen, dejarán de apoyar la causa en la que creen. 

La estrategia del gobierno y su partido será colocar en la agenda pública otros temas para intentar que el caso Salgado se olvide pronto. Falta todavía una decena de semanas para las elecciones. Si en este tiempo el costo político sigue como hasta ahora, Félix Salgado Macedonio sí será gobernador y Morena ganará la mayoría de los diputados en Guerrero. 

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jl/I