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Balance de las campañas

La campaña electoral concluye mañana, en vísperas del día de los comicios. Comparto algunos de sus rasgos: 

1. Se desarrolló en medio de la pandemia de Covid-19, que sigue amenazante. No todos los partidos y candidatos tomaron medidas preventivas. El domingo tendremos las primeras elecciones con cubrebocas, gel antibacterial y sana distancia. 

2. Contienden 13 partidos, una cifra alta a la que se añaden candidatos independientes. Para los ciudadanos promedio fue difícil identificar a partidos y candidatos, y más conocer y evaluar sus propuestas. La encuesta reciente de Coparmex Jalisco, en Guadalajara y Zapopan revela que casi uno de cada tres electores no conoce el día o solo sabe el mes de las elecciones. La desinformación es apabullante. 

3. La campaña ocurrió en el contexto de la crisis en seguridad pública en Jalisco, que impactó a candidatos. Ocurrieron secuestros y asesinatos de precandidatos, amenazas de muerte a candidatos y abundante guerra sucia. Ante los riesgos y advertencias de grupos criminales, candidatos desistieron. El crimen organizado se metió con mayor visibilidad en los comicios en diversos municipios, entre otros, Jilotlán de los Dolores. 

4. Las campañas fueron planas, con propuestas generales, contenidos vacíos, rutinarias, propaganda basada en infundir miedo, sin abordarse problemas centrales con alternativas viables, como el desabasto de agua, la inseguridad, el subempleo o el deterioro ambiental. Candidatos plantearon lo de siempre y que ha fracasado. Aspirantes del PAN, PRI y MC aseguraron que harán buen papel cuando no lo hicieron o no lo han hecho al gobernar, y se les echó, o su credibilidad disminuyó. Campañas con propuestas fundamentadas las vi en candidatos de Futuro y Hagamos, y varios de otros partidos. Una campaña fresca, propositiva, crítica, innovadora, tocando temas centrales, fue la de Dolores Pérez-Lazcarro, candidata de Futuro a la alcaldía de Guadalajara. 

5. Las encuestas prevén una disputa sobre todo entre Movimiento Ciudadano (MC) y Morena, con mayor peso del primero. Ambos, repletos de prófugos de otros partidos, se trenzaron en dimes y diretes. El caso más agudo ocurrió en Guadalajara, entre dos empresarios, ex compañeros, que abanderan a cada partido, Pablo Lemus y Carlos Lomelí. De acuerdo con encuestas, Morena podría descalabrar a MC en uno o dos municipios metropolitanos, lo cual en parte evidenciaría el desgaste político, las fallas, estilos de gobernar y omisiones de administraciones naranjas municipales y estatal. 

6. Si el gobierno federal estuvo metido en los comicios, el estatal y municipios también. Continuaron programas sociales con promesas de apoyos, difusión de obras y acciones de todo tipo, compras de equipamiento para tales o cuales municipios, reparto de tinacos, calentadores solares, tarjetas para recibir recursos económicos, etcétera. Cada nivel de gobierno buscó meterse al proceso. Aprovecharse políticamente de la difícil situación económica de buena parte de los jaliscienses es imperdonable. 

7. Una docena de candidatos negociaron y declinaron sus aspiraciones, y otros cambiaron de partido en plena campaña o se sumaron sin rubor alguno. Las ideologías les estorbaron a sus intereses personales y de grupo. Otros ocultaron cómo buscaron ser candidatos de otro partido, y al no amarrar nada se volvieron acérrimos enemigos de quienes los rechazaron. 

8. Mientras las diputadas locales poco hicieron para impulsar una agenda feminista conjunta, el colectivo multipartidista Las Paritaristas, aunque pequeño, se mostró intenso, activo, crítico de medidas como los lineamientos de paridad de género que emitió el IEPC, y señalando agresores de mujeres, entre otras acciones. 

La cita es el 6 de junio. 

Twiiter: @SergioRenedDios

jl/I