INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

Educar para amar

Una de las decisiones más importantes que el ser humano debe tomar a muy corta edad es elegir a su pareja, elegir a quien va a amar y con quien va a compartir tu vida; sin embargo, no existe en el programa escolar dicha asignatura.

Creemos falsamente que la pareja vendrá como una asignación fortuita o divina o de coincidencias extrañas. Creemos que elegir pareja es un tema de química y en la realidad esta es únicamente una parte diminuta de lo que debiéramos tomar en cuenta.

Después de un fracaso en la vida de pareja o incluso de matrimonio vienen consecuencias sociales, psicológicas, económicas y laborales que pueden, si no se está preparado, desembocar en tragedias familiares.

Debiéramos dar herramientas de reflexión y evaluación a nuestros hijos y alumnos para elegir a sus amistades, sus socios y principalmente su pareja, con quien con el tiempo tendrán hijos y trascenderán a través de ellos.

Enseñarles a observar la coincidencia en valores y principios. Enseñarles a enfrentar la soledad antes que por tener compañía. Mostrar que los apegos traen siempre una dosis importante que nos puede llevar a cometer errores en decisiones importantes. Mostrar que tenerse confianza y con la confianza, autoestima, es una herramienta poderosa de decisión.

Para poder amar a la pareja debe uno amarse a sí mismo y posiblemente aquí radique el principal error, pues terminamos amando como quizá poco nos amemos y valoremos a nosotros mismos. Aprender que amar no es una frase, sino un acto compartido donde armónicamente doy y recibo.

Aprender a saber poner límites y decir no cuando así se requiera. Mentira que la pareja es un complemento. Es más bien la similitud y la coincidencia lo que adhiere. Evitar las diferencias antagónicas que siempre llevan a la violencia. Atender y consensar temas radicales sobre posturas religiosas, sociales, económicas, políticas, familiares, incluyendo la manera de formar a los hijos.

Nadie habla en la escuela de la importancia del buen humor en la pareja, de las actividades recreativas, deportivas y artísticas que deben compartirse. De buscar personas buenas, espirituales o sanos psicológicamente. Jamás se nos habla de analizar la familia con la que nos casaremos o evaluar el futuro económico con base a la productividad de nuestro compañero o compañera, de su generosidad o responsabilidad en la casa que habitaremos.

Nos apena hablar de la importancia del acoplamiento sexual y las conductas que se des-encadenan del erotismo de las mismas. Alguien que entienda que el perdón es parte del amor y que la naturaleza del ser es fallar, y que cuando hay un acto de contrición, que significa real arrepentimiento con la intención de no volver a fallar, estará garantizando en gran parte su garantía de vida en pareja.

Si la educación tiene como principal objetivo el desarrollo de los individuos a fin de que puedan ser felices en la sociedad y la célula de la sociedad es la vida en pareja, debieran los nuevos planes y programas de la escuela para la vida contemplar el enseñar a amar y elegir a tu pareja.

JB