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El Huachicol
Porque nos la quitaron
Las autoridades dejan en manos de las víctimas su propia seguridad, y únicamente les realizan algunas sugerencias como el cambiar de chapas o de rutas, mencionó Érika Loyo Beristáin, responsable de la Unidad de Género de la Universidad de Guadalajara.
Añadió que los instrumentos de medición de riesgos que utilizan las autoridades son obsoletos y ya caducaron, además no toman en consideración otros factores, y no analizan en contorno y contexto en el que vive la víctima.
“Los instrumentos que tienen son de la década de los 80’s, de los 90’s, son de origen inglés y norteamericano en su mayoría y se limitan a una serie de preguntas que realizan a las mujeres que denuncian, recomendaciones que dejan en sus propias manos la gestión del nivel de riesgo, la sugerencia es cambie de ruta, cambie las chapas de la puerta, cosas así por el estilo, que colocan la gestión de sus riesgos a las propias víctimas”.
Sin embargo, Érika Loyo Beristáin reconoció que los ministerios públicos “están rebasados” y no pueden darle seguimiento a las denuncias de violencia.
Insistió que no hay una estrategia integral entre las diversas dependencias y nadie asume la responsabilidad de proteger a las mujeres.
Añadió que además del Estado, la sociedad deja solas a las víctimas de violencia, quizá por omisión o desconocimiento de cómo ayudarlas, por lo que Erika Loyo plantea la necesidad de construir “comunidad” y que todos conozcan cómo actuar en casos de violencia.
Cuestionó las políticas municipales de prevención de violencia de las mujeres que consisten en la pinta de murales o apostarle a los pulsos de vida.
EH