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Los López amparándose
Porque nos la quitaron
El estadounidense Bryson DeChambeau conquistó este domingo el Abierto de Estados Unidos de golf tras resistir el asedio del norirlandés Rory McIlroy, que acarició una enorme remontada en la última jornada.
DeChambeau partía con tres golpes de ventaja para la última ronda y llegó a ver a McIlroy por delante con dos impactos de margen, pero ambos aterrizaron empatados en el último hoyo y un par le bastó al estadounidense para superar el bogey de su rival en un épico y emocionante final.
Este es el segundo major para DeChambeau (-6 en total, +1 el domingo) y también su segundo Abierto de EE.UU. tras el que ganó en 2020.
La amarga cruz del día fue para McIlroy (-5 acumulado, -1 el domingo), quien estuvo muy cerca de acabar con su década de sequía en los major pero cuyos graves errores con el putt en los últimos hoyos le costaron carísimo.
El norirlandés, que tiene cuatro victorias en grandes pero no levanta uno desde hace diez años, no pudo acabar con su maldición y ese frustrante desenlace evitó que sumara un nuevo título a su palmarés, en el que figuran un Abierto Británico de 2014, un Abierto de EE.UU. de 2011 y dos Campeonatos de la PGA de 2012 y 2014.
"¿Puedes creer esto?" ¡Oh Dios mío...!", gritó un exultante DeChambeau tras llevarse la 124 edición del Abierto de EE.UU., que se celebró en el Pinehurst Resort & Country Club (Carolina del Norte, EUA).
Ya con el trofeo en la mano, DeChambeau, que ahora compite en el controvertido LIV Golf, comenzó su discurso de victoria felicitando a todos los presentes el Día del Padre, que se celebra este domingo en EUA.
"Desafortunadamente, mi padre falleció hace dos años. Este título es para él", afirmó.
Con un -7 acumulado tras un -3 el sábado, DeChambeau llegó a la última jornada con un colchón de tres golpes sobre un grupo de perseguidores con -4 en total: McIlroy (-1 en la tercera ronda), el francés Matthieu Pavon (-1) y el estadounidense Patrick Cantlay (par).
Pero las cosas empezaron pronto a torcerse para el estadounidense, incapaz de encontrar el camino al birdie en los nueve primeros hoyos y que además cometió un bogey en el cuarto.
McIlroy, el gran defensor del PGA Tour frente a la irrupción del LIV Golf, tenía todo de cara para ganar su primer major después de 3.598 días pero los nervios y las imprecisiones pudieron con él.
También a DeChambeau le costó no dejarse llevar por la ansiedad en este eléctrico cara a cara, pero en el último hoyo firmó una genialidad para salir de un bunker ("el mejor golpe de mi vida", aseguró después) y selló el triunfos.
jl/I