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'Sincretismo' ya brilla en su avenida

Estilo. La obra de Ismael Vargas tiene una mejor respuesta que otras del programa, pero aún es el tema del dinero lo que molesta a algunos ciudadanos. (Foto: Grisel Pajarito)

A las cuatro de la tarde el Sol le daba en la cabeza de la nueva escultura que forma parte del programa Arte Público en Guadalajara del ayuntamiento de la ciudad. Vista de frente es una virgen de Guadalupe con su manto de estrellas, pero tiene una falda de serpientes y varias calaveras en el borde de su falda. En su cabeza hay también un tocado con forma de serpiente emplumada.

Ésta es la segunda escultura que se devela dentro del programa que contempla 10 más de artistas tapatíos muy diversos. Su autor es el artista plástico tapatío Ismael Vargas.

El presidente municipal de Guadalajara, Enrique Alfaro, quien asistió a la develación de la escultura acompañado de sus dos hijas, dijo que este programa será parte del legado que deje su gobierno para la posteridad. “Éste es un programa muy importante para el Ayuntamiento de Guadalajara que hemos impulsado desde el inicio de la presentación, un programa que defendemos con todas nuestras fuerzas por lo que significa”, declaró. “Las palabras, los ataques, las ofensas que todo este tipo de eventos conllevan, esas se las lleva el viento y se van a ir con el paso de los años: esto no”, dijo en el camellón de Federalismo mientras los autos, algunos en señal de apoyo y otros de irrespeto, a veces tocaban sus cláxones.

Así, junto a Susana Chávez Brandon, directora de Cultura del ayuntamiento y del propio artista de 70 años, jalando la tela blanca que la cubría desde mediados de la semana inauguraron Sincretismo, una escultura monumental en placa de acero de 9 metros de altura con base de concreto de 2 metros.

Se trata de la sobreposición de dos imágenes a través de dos planchas de acero pintado de amarillo que se intersectan justo a la mitad: una de ellas es la Tonantzin-Coatlicue, la madre de todos los dioses o una diosa de la tierra en la cultura azteca y la otra es la virgen de Guadalupe con la Luna bajo sus pies.

Ismael Vargas no fue muy expresivo en la presentación. Cuando le cedieron el micrófono en el acto protocolario dijo: “Espero que mi obra conteste a todas sus preguntas”.

Más tarde, ya en la sombra en entrevista se excusó.  “Yo sé hacer obras, pero no sé describirlas”, dijo, antes de entregar una hoja en la que Tomás de Híjar Ornelas, cronista de la Arquidiócesis de Guadalajara, describe en términos técnicos e iconográficos la pieza.

“Lo único que espero es que los que viven en esta ciudad se lleguen a apropiar de la pieza en algún momento, en el momento que sea, no sabría decirte qué necesitamos para que la aprecien, pero de verdad que lo espero”, dijo Vargas. “Me encanta que la ciudad se esfuerce por erigir obra de sus artistas porque es lo único que vamos a dejar”.

Así señaló que la pieza surge para representar a un pueblo de fe, tanto al antiguo, al anterior a los españoles a través de este ícono azteca, como al católico, la gran mayoría de los mexicanos.

“Tengo 53 años como artista plástico, se necesita toda la vida y toda la experiencia, amar la ciudad y amar lo que se hace”, describió Vargas como lo que se necesita para trabajar en una pieza como la develada.

Por su parte Adrián Guerrero, escultor y director creativo de Proyectos del Espacio Público en el ayuntamiento, mencionó que esta pieza monumental es una invitación a conocer la obra de Ismael Vargas para quienes no la han hecho, porque contiene varios de los elementos clave de su obra como lo religioso y las calaveras.

Reacciones de vecinos

Varias personas pararon su tránsito para detenerse a contemplar la obra, algunos con gestos indiferentes, otros sorprendidos, enchinando los ojos por el Sol. “¿Ya viste?”, le dice un hombre caminando al dependiente de una tienda cercana, “esa cosa costó miles de dólares, hasta euros”, le dijo entre risas”. “Es una virgencita”, dijo una señora ante la pregunta. “La pusieron aquí para que esté cerca de El Refugio”. El templo señalado se encuentra a unos metros hacia el sur en el mismo camellón.

Cuando hubo terminado el evento y personal del ayuntamiento y de los medios de comunicación se hubieron ido, dos vecinos, una mujer y un hombre de las propiedades aledañas a la obra en colonia Mezquitán, salieron a ver la pieza. “Parece papel picado”, dijo el hombre. “A ver si no se nos va volando”, le contestó la mujer.

En redes sociales las opiniones están divididas. Las críticas son arduas. Como hay quienes ven la obra como un acierto por el diseño de la pieza que sintetiza el estilo de Vargas, hay quienes ven un resbalón por parte del gobierno: el tema siguen siendo los precios. La sola escultura de Vargas tuvo un costo, incluyendo la obra civil, transporte y montaje, de 5 millones 220 mil pesos.

Los costos totales

Sobre el programa completo de Arte Público, que reunirá fondos de varias dependencias del ayuntamiento y que consta de cinco ejes, además de las 10 piezas monumentales que se colocarán en varios puntos de la ciudad, un programa de mantenimiento y restauración, uno de arte callejero y el premio Juan Soriano de escultura, por primera vez la directora dijo que todo esto sumará un monto de más o menos 62 millones de pesos de varias dependencias y que de ese monto sólo 40 millones son para las esculturas de las que hasta ahora sólo se han develado dos.

JJ/I