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La crisis de las familias

A los consultorios de las y los psicólogos y médicos están llegando cada día más casos desgarradores de niñas, niños y adolescentes que han sufrido violencia física, psicológica, sexual y negligencias por parte de sus padres. En las notas informativas de periódicos y noticieros televisivos cada vez más se están presentando casos verdaderamente crueles e injustificables de infanticidios y de parricidios.

Además, los casos de adicciones e incorporación a la comisión de actos delictivos por adolescentes y jóvenes lamentablemente se están incrementando en forma imparable sin que los padres de familia conozcan como prevenirlo y evitarlo, a lo que hay que añadir que el sector poblacional que más se está suicidando son los jóvenes de 15 a 29 años, lo que significa que muchos familiares no supieron detectar y como atender el potencial suicida.

La vida se ha complejizado y una pregunta surge: ¿los padres están capacitados y actualizados para orientar y acompañar adecuadamente a las y los hijos?

Muchas personas consideran que con el sentimiento amoroso y el sentido común es suficiente para educar y acompañar a sus hijos y así favorecer que ellos se desarrollen integral y óptimamente, y estén preparados para enfrentar una realidad difícil y competitiva. Aunque también sabemos que hay padres de familia que en el nombre del amor violentan y afectan a sus hijos.

Ante esta realidad encontramos a unas autoridades federales, estatales y municipales, y legisladores federales y estatales insensibles y/o inconscientes que no han sido capaces de diseñar e implementar políticas públicas, planes y programas de capacitación y actualización de padres de familia para lograr que la familia cumpla adecuadamente sus funciones de convertirse en la red social primaria de apoyo; de brindar amor y protección; de educar eficazmente con una perspectiva del presente y del futuro y no del pasado; de ser la base para que los miembros se desarrollen integral y armónicamente, y de promover la construcción de ciudadanía en sus integrantes.

El desarrollo de las ciencias (psicología, medicina, nutrición, derecho, sexología, etc.), las tecnologías y las humanidades debe beneficiar la dinámica familiar y debe ser continuamente incorporado al cumplimiento de las funciones paternas. De no ser así, la realidad nos seguirá sorprendiendo y afectando.

Si los padres de familia afirmamos que amamos a nuestros hijos y demás familiares, con tiempo y esfuerzo para capacitarnos y actualizarnos se debe reflejar, y de no ser así, tarde o temprano lo vamos a lamentar.

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