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La movilidad en el AMG

El Área Metropolitana de Guadalajara (AMG) en los últimos años ha crecido de una forma totalmente desordenada, sin procesos de planeación a mediano y largo plazo, y, en muchas ocasiones, con base a procesos de especulación del suelo ligada a procesos de corrupción, y todo ello ha ido generando problemas de distintos tipos para sus habitantes.

Uno de tantos problemas es la movilidad urbana, entendida como la totalidad de desplazamientos que realizan las personas en la ciudad. Estos desplazamientos son efectuados en diferentes medios de transporte: bicicleta, motocicleta, auto, camión, trolebús, tren eléctrico, pero también caminando, e incluso en silla de ruedas.

Lo cierto es que para atender este importante asunto las autoridades estatales y municipales generalmente (salvo contadas excepciones) han designado a improvisados o a personas con visiones arcaicas y que no tienen un enfoque actualizado, multidisciplinario, interinstitucional, intersectorial y con una perspectiva de los derechos humanos sobre la movilidad. Por ello es que las políticas públicas y los programas y acciones que desarrollan terminan resolviendo parcialmente algunos de los problemas o siendo francamente ineficaces y sin mayor relevancia social.

Hoy nuevas disciplinas pueden aportar para una mayor comprensión y un abordaje más integral y eficaz de la movilidad, entre ellas la psicología de la movilidad. Originalmente se empezó a desarrollar como psicología del tránsito y su principal interés se centró en el esclarecimiento de las verdaderas causas de los accidentes viales, y reconociendo al ser humano como el principal factor en las redes de tránsito para así buscar prevenir los accidentes viales y lograr una mayor seguridad en las vialidades.

Hoy la preocupación debe ser, además, alcanzar formas de movilidad más sustentables; promover formas menos hegemónicas y más incluyentes de movilidad, principalmente de los grupos de personas más vulnerables (adultos mayores, personas con discapacidad, mujeres embarazadas, niños, indígenas y gente pequeña) y que se atiendan las necesidades y particularidades propias de la movilidad y el transporte de las distintas regiones y comunidades del estado.

Ante los problemas de la movilidad en nuestra ciudad, como los actos de violencia generados por conflictos viales, el incremento de estrés en los operadores de automotores en congestionamientos, el maltrato de los operadores del transporte público a los usuarios, la pobre cultura para la movilidad de los ciudadanos y el otorgamiento de licencias de conducir a personas que por cuestiones de personalidad no se les debería autorizar, entre otros, la psicología de la movilidad tiene propuestas viables.

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JJ/I