INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

Al boxeo no se juega

Hay una frase que dice: juegas futbol, beisbol, tenis, pero no juegas al boxeo. Puede parecer obvio la diferencia entre un juego y un deporte de alto impacto, pero las consecuencias se hacen más visibles cuando se sabe de alguna lesión grave.

Durante el fin de semana, dos boxeadores sufrieron lesiones que pusieron en riesgo su vida.

Felipe Orucuta enfrentó a Jonathan Rodríguez el 7 de junio. La pelea terminó por nocaut técnico a favor de Rodríguez. Orucuta se sintió mal después, se desvaneció y fue llevado al hospital.

Un coágulo en su cerebro hizo peligrar la vida del púgil y hubo que operarlo. Aún se mantiene en coma inducido para esperar a que su cerebro se recupere de la presión.

Zab Judah enfrentó a Cletus Seldin y perdió por nocaut técnico. A Judah le sucedió lo mismo que a Orucuta, con la diferencia de que Judah salió del coma más rápido e incluso fue dado de alta.

¿En qué radica la diferencia en un caso u otro? Ni los médicos lo saben. Factores como la edad, el tiempo de inactividad entre peleas, la capacidad de resistencia a los golpes, los guantes, la hidratación, la habilidad de los contrincantes y los impactos recibidos cuentan en mayor o menor medida… muchas son las variantes que provocan estos accidentes.

Tampoco hay una manera de prevenirlos en un deporte que precisamente se trata de golpear. Hay estudios promovidos por el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) para desarrollar guantes que amortigüen más el puño, a fin de minimizar las lesiones.

Pero no hay investigaciones concluyentes. Quien sube a boxear sabe que lo hace (o debería) en condiciones óptimas, pero nunca sabe cómo va a bajar.

Es más bien un acto de fe: entrar al ring, lastimar, tratar de no recibir daño, esperar ganar y desear que ninguna persona salga con lesiones más graves que sólo moretones.

Sin duda la preparación reduce el riesgo, porque a mayores reflejos es probable recibir menos golpes, pero no hay garantías.

El boxeo es dedicación, esfuerzo, trabajo en equipo, ejecución de uno solo y fe en que habrá vida después de la pelea.

Así sea para Judah y Orucuta.

@AleczTrujillo

JJ/I