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Villanueva rompe acuerdos

Con seis meses al frente de la Rectoría General de la Universidad de Guadalajara, Ricardo Villanueva Lomelí decidió pintar su raya y prácticamente ha roto con el ex secretario general Alfredo Peña Ramos, quien lo sucedió en la Rectoría del Centro Universitario de Tonalá (CUTonalá), y Tonatiuh Bravo Padilla, ex rector general y actualmente diputado federal y coordinador de la fracción parlamentaria del partido Movimiento Ciudadano en la Cámara de Diputados.

Pero no sólo eso, sino que revelan que la UdeG enfrenta actualmente un ambiente de incertidumbre e inestabilidad laboral al modificarse alrededor de 200 contratos con carácter de definitivos por temporales, en tanto que a algunos directivos se les han establecido contratos mensuales.

A todo lo anterior hay que agregarle que hasta el momento no ha presentado al Consejo General Universitario su plan de trabajo que debe someter a su aprobación y, por lo tanto, se quejan de que no hay un rumbo claro hacia dónde quiere Villanueva Lomelí llevar a la máxima casa de estudios de Jalisco, no obstante que en campaña ofreció emprender una reestructuración general de la institución educativa.

Y todo esto podría tener consecuencias importantes en el proceso electoral que actualmente vive la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), ya que podría fracturarse el acuerdo para sacar en buena lid la elección estudiantil que ya ha tenido algunos brotes de violencia que, afortunadamente, no han llegado a más.

Quienes entienden los mensajes al interior de la Universidad de Guadalajara registraron e interpretaron como un rompimiento de Villanueva Lomelí con Peña Ramos o en el menor de los casos el incumplimiento a un acuerdo concertado, el cambio en la titularidad de la Coordinación General Administrativa al ser relevada en el cargo Sonia Briseño, prácticamente brazo derecho del ex secretario general, por Margarita Hernández Ortiz, gente cercana del primero. Mantener a Briseño habría sido el compromiso del rector general con el ex secretario general.

Incluso hay quien asegura que la confirmación de ese rompimiento de Villanueva con Peña se daría si, como se avizora, el peñista Gerardo Mejía sale de la Coordinación General de Extensión.

En el caso del diputado Tonatiuh Bravo Padilla, al interior de la UdeG se consideró como un golpe severo en su contra la salida de su esposa Patricia Rosas Chávez de la Coordinación de Innovación Educativa, que fue sustituida por María de los Ángeles Ancona Valdez, hermana de una de las mejores amigas del rector general. Y se vislumbra que al igual que con Peña, el rompimiento se confirmaría si se registra la salida de Luis Gutiérrez de la Coordinación General de Tecnología de la Información (CGTI).

En el caso de los contratos definitivos convertidos en temporales y los contratos mensuales a directivos, se advierte como una bomba de tiempo que tarde o temprano puede estallar, pues si bien hay quienes por asegurar su trabajo han firmado de conformidad, hay varias decenas de trabajadores que se asegura han recurrido ya a las instancias laborales correspondientes y no están dispuestos a pactar.

Se afirma que los acuerdos incumplidos por Villanueva Lomelí podrían cambiar el escenario en la contienda por la dirigencia de la FEU, pues si bien su candidato Alan Alvarado ya se colocó en segundo lugar con casi 37 mil votos y rebasó a Fernanda Velasco Abrica –tiene 31 mil 500–, aún se mantiene en la punta el candidato de Alberto Castellanos, Javier Armenta con 39 mil 500 votos y podría dar un sprint final que lo lleve al triunfo.

Así, pues, muchas cosas que no se exponen al exterior suceden dentro de la UdeG a medio año de la llegada de Villanueva a la Rectoría General, y al no existir un plan de trabajo la nave universitaria está sin rumbo.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

JJ/I