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TikTok y la batalla tecnológica global

Si tienen hijos adolescentes o conviven con jóvenes seguro habrán oído hablar de TikTok, una aplicación para hacer videos cortos que ya tiene más de mil millones de usuarios en el mundo. 

A principios de agosto, Donald Trump amenazó que prohibiría la aplicación en Estados Unidos a menos de que fuera vendida a una empresa estadounidense en un plazo de 45 días con el argumento de que, dado que TikTok es de origen chino, pone en riesgo la seguridad nacional por el posible acceso del gobierno de aquel país a información privada de ciudadanos norteamericanos. 

El caso TikTok, como lo ha sido el de Huawei, es un capítulo más en una historia de lucha de poder que tiene diferentes frentes de batalla, de los cuales resaltaré tres: el control de los datos, la supremacía tecnológica y la gobernanza global. 

El primer frente ha dado mucho de qué hablar en los últimos años. Lo mismo que el petróleo fue el recurso dominante del siglo 20 y creó gigantes empresariales que luego tuvieron que regularse, como Standard Oil, los datos son el recurso dominante del siglo 21 y han creado gigantes como Amazon, Apple, Facebook, Google y Microsoft, que hoy figuran entre las empresas con mayor valor de mercado. 

Particularmente Facebook ha estado en la mira de los reguladores en Estados Unidos y Europa por haberse demostrado que sus medidas son muy laxas para impedir que los datos que se recopilan de sus usuarios sean utilizados de formas ilegales y poco éticas por terceros, como para manipular la intención de voto. China también tiene grandes recopiladores de datos, como Alibaba y WeChat, que hasta hace poco tenían su principal campo de acción en Asia, pero están empezando a atraer usuarios en el mundo occidental. TikTok ya tiene 50 millones de usuarios en Estados Unidos y se ha convertido en la red social de moda entre los más jóvenes. 

El segundo frente demuestra la visión que ha tenido y tiene China respecto a su apuesta por la innovación tecnológica. Aunque las empresas tecnológicas norteamericanas siguen teniendo posiciones dominantes, China ha hecho un sprint notable en innovación: su gasto en I+D como porcentaje del PIB ha pasado de 0.6 a 2.1 en los últimos 20 años (como contraste, el de México, oscilado entre 0.3 y 0.5 en el mismo periodo). 

Este enorme esfuerzo en inversión tecnológica ha hecho que China empiece a jugarle al tú por tú a Estados Unidos en espacios estratégicos a futuro. Seis de las 10 startups mejor valuadas del mundo, a las que llaman unicornios, son chinas. Éstas incluyen a Bytedance, la empresa propietaria de TikTok; DiDi, que compite con Uber, y Ant Financial, que ya transformó la forma de hacer pagos en China y se perfila para ser la empresa de pagos digitales más importante del mundo. China además tiene la estrategia de desarrollo de inteligencia artificial más ambiciosa del mundo y el alineamiento entre recursos y objetivos a largo plazo que le permite su modelo de gobierno favorece que asuma el liderazgo en ese campo en el futuro. 

El tercer frente es quizás el más complejo. Estados Unidos construyó el modelo de gobernanza del mundo tras la Segunda Guerra Mundial y se constituyó como el policía de los valores de la democracia capitalista. Este modelo generó mucha riqueza, pero también generó desigualdad y ésta trajo consigo el populismo de Donald Trump que ha dividido a Estados Unidos y debilitado su rol en el mundo. En contraste, China, con su modelo de control centralizado, está llenando todos los vacíos de liderazgo que deja Estados Unidos. 

Esto mete al mundo en un dilema. ¿Qué modelo prevalecerá, una democracia postcapitalista en la que la tecnología pueda servir para distribuir mejor la riqueza en libertad o el modelo chino en el que la tecnología sirva para que un partido pueda planear mejor el destino de sus ciudadanos? El sistema de crédito social desarrollado por el gobierno chino es un ejemplo de lo que puede resultar de combinar tecnología con control. 

Cuesta mucho estar de acuerdo con las formas de Trump, pero también preocupa a dónde puede llevar un modelo en el que un gobierno controlador tenga demasiada información. Requerirá de mucha colaboración internacional el sentar las bases de un nuevo modelo de gobernanza que ponga límites al potencial abuso de la tecnología por parte de gobiernos o empresas. 

Twitter: @ortegarance

jl/I