Durante la marcha de la Generación Z en la Ciudad de México, un grupo de manifestantes encapuchados logró derribar las vallas metálicas que resguardaban Palacio Nacional, lo que derivó en enfrentamientos con elementos policiacos.
Los primeros intentos por tirar las estructuras comenzaron cuando personas con el rostro cubierto se acercaron a la fachada del recinto y comenzaron a golpear las vallas, mientras policías respondían desde el otro lado con el uso de extintores.
Algunos de los encapuchados portaban prendas con el símbolo del anime One Piece, emblema que se ha convertido en insignia de resistencia para sectores del movimiento a nivel internacional.
En medio del humo y la confusión, un joven ondeó una bandera alusiva a la serie mientras otros continuaban intentando tumbar secciones restantes de las vallas o escalar las cercas. En la plancha del Zócalo, integrantes del mismo bloque levantaron coladeras y las estrellaron contra el piso.
El derribo total de las vallas tomó alrededor de 40 minutos. Una vez expuestos los policías, los encapuchados comenzaron a lanzarles piedras y golpearlos con palos, mientras los agentes se protegían con sus escudos.
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