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FIL y caída del número de lectores

Con ligerísimos repuntes en un par de años, el porcentaje nacional de la población alfabeta y lectora mayor de 18 años se vino en picada en la última década. De 84.2 en el año 2015 disminuyó a 69.6 en 2024, de acuerdo con los resultados que dio a conocer el año pasado el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en su Módulo de Lectura (Molec).

En ese lapso disminuyó 14.6 por ciento el número de lectores en México. Y eso que se consideró únicamente a los alfabetas y no sumó a los analfabetas, que de acuerdo con el propio instituto en 2020 eran 4.4 millones. De tomar en cuenta a esta significativa población, el porcentaje de no lectores sería más alto.

El Inegi consideró “lector” a “todo sujeto que declare leer cualquier tipo de material escrito, “no restringido a la lectura de libros (incluye además revistas, periódicos, historietas, páginas de Internet o blogs), con el objeto de no dejar fuera a la población que lee sobre otros soportes de lectura”.

De la población mexicana mayor de 18 años, 30.4 es analfabeta funcional: sabe leer y escribir, pero no lee ni escribe.

Hasta 2024 la encuesta se aplicó exclusivamente a población de 18 años y más en 32 ciudades (una por entidad federativa) con 100 mil o más habitantes. A partir de 2025 el Molec expandió su cobertura para incluir a la población de 12 años y más, y se amplió a una representación nacional.

Aún con la nueva metodología del Inegi, los resultados de 2025 mostraron un país con un considerable porcentaje de no lectores: según el tipo de materiales, del total de población alfabeta de 12 años y más, 62.5 por ciento leyó libros en los últimos 12 meses; 45.7 declaró leer páginas de Internet, foros o blogs; 29.6 leyó revistas en los últimos tres meses; 24.8 leyó periódicos en la última semana y 20.9 señaló leer historietas, cómics o mangas.

Para el grupo con menor nivel educativo (personas alfabetas con educación básica incompleta), 66.2 por ciento reportó la lectura de algún material. En contraparte, 93.8 de las personas con algún grado aprobado en educación superior leyó alguno de dichos materiales.

En 2025 siete de cada 10 personas lectoras de libros declararon leerlos por gusto, y tres de cada 10, por necesidad.

Cada sexenio, el gobierno federal en turno pone en marcha su respectiva Estrategia Nacional de Lectura, sobre todo a través de la Secretaría de Educación Pública. Igual sucede con gobiernos estatales. Algunos municipales se involucran. No han detenido la caída de lectores.

La Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, la más importante de habla hispana, esta semana abrió sus puertas. Una pregunta clave: ¿qué estudios ha realizado en 39 años para medir su impacto en los hábitos de lectura? Si no los ha hecho, ¿cuáles son las razones? La UdeG tiene todo para hacerlos.

Otras autoridades e instituciones organizan eventos. Por ejemplo, cada año se realiza una feria en el Zócalo de la Ciudad de México o actualmente el Fondo de Cultura Económica fomenta la lectura con ediciones baratas. Sin embargo, no es suficiente.

Autoridades, empresas editoriales, organismos educativos, escritores, profesores, promotores y padres de familia, entre otros, son indispensables para construir una sociedad lectora mexicana. Leer es ejercer el derecho al placer.

X: @SergioRenedDios

jl/I

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