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Divulgador y cocinero

En la noche con nubes y estrellas, los perros de mi rumbo le ladran a una Luna que aparece y se oculta: La miro desde la ventana y como en la infancia, me pongo a pedirle cosas. No me las concederá, pero el diálogo entre mis ojos y ese fantasma luminoso será el último asidero para la esperanza.

Hugo Gutiérrez Vega, XVIII, ‘Una estación en Amorgós y otros poemas’, SC-Jalisco, Guadalajara 1996

Al atardecer del 2 de octubre pasado Venus y la Luna estaban en conjunción, la víspera de la festividad Rosh HaShaná –el año nuevo judío– correspondiente al 5777; en la semana que acaba de concluir se celebró el 59º Congreso Nacional de Física en León, al cual asistí para presentar un trabajo sobre la historia de la luz; al abrir el Facebook me recibe una foto de un relajado cuan joven Luis González de Alba en silla playera con el atuendo correspondiente y la mención de un viaje a la isla de Poros, en Grecia compartida por el periodista-editor y amigo Rogelio Villarreal, el tono del texto encendió una alerta, el avance en la lectura confirmó la sospecha, tornada melancolía, cuando no la tarkosvskiana nostalghia, recuerdo de las conversaciones perdidas y las que no serán posibles: González de Alba dejó el mundo de los vivos.

Según el registro garabateado en mi ejemplar de La ciencia, la calle y otras mentiras, fue el 11 de mayo de 2006 cuando la Feria Municipal del Libro de Guadalajara le rindió homenaje; otra ocasión de escucharlo fue un breve curso de periodismo científico en el desaparecido Goethe Institut; aunque ya lo traté cuando se presentó la edición de El Sol de la tarde auspiciada por el Ayuntamiento panista de Guadalajara, con mi ejemplar en mano me acerqué a solicitar el autógrafo, al decir mi nombre me identificó como divulgador, su faz tornó una amplia sonrisa mientras me invitaba a su casa –con la confianza y cercanía de alguien conocido de muchos años– y escribía diciendo: “a echarnos unos vinitos”, le acompañé con sus amigos en Guadalajara y mi ahora esposa, un banquete imperial griego (si es posible el término) y lo presentó diciendo: “pasé todo el día cocinando, así que se van a comer todo cabrones”.

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