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Adicción a lo instantáneo

Muchos adultos jóvenes que nacieron en los años 90 y posterior están presentando graves problemas a la socialización real, al compromiso al trabajo, a las relaciones perdurables. Son, en gran medida, narcisistas, egoístas y no enfocados.

Fueron criados con premios y recompensas por el mínimo esfuerzo y con una atención excesiva debido a la reducción de tamaño de las familias. Esta educación deficiente no les ha dado las herramientas necesarias para esforzarse, ser constantes y disciplinados para obtener éxito en la vida laboral real y los ha llevado a sufrir ansiedad, depresión y baja autoestima.

Dependen de la excesiva aprobación de la sociedad en las redes sociales y son adictos a la tecnología del teléfono celular con el internet, la inteligencia artificial y el streaming, las series interminables de televisión y los videojuegos. La adicción es similar al alcohol, sexo o drogas, pues genera cambios en neurotransmisores. Lo malo de esta adicción es que cuenta con la aprobación social, la fomentamos desde niños y no tiene ningún filtro para su uso.

Las adicciones destruyen las relaciones duraderas, esta no es la excepción. Les gusta aparentar estar felices constantemente y muestran sus fotos, reels y videos en restaurantes, lugares de diversión, viajes, moda e incluso objetos que no son propios para encontrar la aprobación de sus seguidores y amigos, muchos de ellos conocidos, lejanos o anónimos.

Les faltan habilidades para enfrentar el estrés laboral, las presiones; no saben ser pacientes ante resultados que requieren esfuerzo sostenido y enfoque porque están acostumbrados a vivir en un mundo de inmediatez a la satisfacción de sus apegos y gustos.

En Ever for Millennials y The Infinite Game: How to Lead in the 21st Century, Simon Sinek habla de ello y la consecuente falta de habilidades para esforzarse y perseverar en la vida. Esta tendencia se refleja en su comportamiento empresarial, donde a menudo les falta el coraje y la paciencia necesarios para construir algo grande y duradero. En cambio, buscan la aprobación de la sociedad virtual creando relaciones superficiales que afecta su autoimagen, autoestima y personalidad por estar compitiendo en lo material con el resto de la web.

A menudo se sienten solos y sufren de ansiedad y depresión debido a su falta de habilidades para relacionarse en la vida real con sus compañeros de trabajo y sus cercanos, para sumergirse en la compañía ficticia del celular que los acompaña siempre, incluso en la cama al dormir.

Los líderes de hoy deben encontrar la manera de como cautivar la atención y la pasión de los jóvenes para lograr su colaboración, compromiso y adaptabilidad a las exigencias del mundo empresarial actual en constante cambio, evolución y competencia. Los padres de familia y maestros de hoy deben tener estrategias para controlar la adicción virtual y digital de la tecnología y lograr la armonía y balance de su uso para no perder la necesaria habilidad de la empatía social en las relaciones reales del día a día.

jl/I