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Emociones y su impacto

Nuestras emociones tienen un impacto significativo en nuestra salud física y mental. El doctor Gabor Maté es un experto en el estudio de la relación entre las emociones y la salud, y ha demostrado que nuestras emociones pueden afectar nuestro desarrollo físico desde temprana edad.

Desde que nacemos, nuestras emociones y experiencias comienzan a afectar nuestro desarrollo físico y emocional. Las emociones negativas pueden tener un efecto perjudicial en el sistema inmunológico y aumentar el riesgo de enfermedades. Los niños que experimentan traumas, abandono o negligencia pueden desarrollar problemas de salud mental y física. Esto se debe a que las emociones negativas pueden dejar una huella en el cerebro y en el cuerpo, lo que puede provocar una variedad de enfermedades crónicas.

Las experiencias emocionales de nuestra infancia pueden tener un impacto en nuestro inconsciente y afectar nuestra vida diaria. Por ejemplo, si un niño experimenta abandono o trauma puede desarrollar una necesidad de controlar todo en su vida como una forma de protegerse. Esto puede llevar a una serie de problemas de salud mental y física en la edad adulta, como ansiedad, depresión y trastorno obsesivo-compulsivo.

Al tomar medidas para hacer conscientes estas huellas podemos comenzar a sanar y prevenir problemas de salud futuros. La alfabetización emocional es la acción de saber nombrar lo que se siente y es esencial para el desarrollo personal. A menudo se le da más importancia a la educación académica en las escuelas, cuando la emocional debiera ser prioridad.

Niños y jóvenes necesitan aprender a transformar las emociones en acciones productivas: autocontrol, empatía, resolución de conflictos, toma de decisiones. La educación emocional reduce la violencia y el acoso escolar, fomenta la compasión y la consciencia. El mindfulness es una técnica que se enfoca en la atención consciente en el momento presente, sin juzgar o evaluar pensamientos o emociones que surgen. Su práctica se ha vuelto cada vez más popular en los últimos años debido a sus beneficios.

Además, se ha reconocido que es una herramienta valiosa para la educación, ayudando a mejorar la concentración, la salud mental y física, disminuyendo el estrés y los dolores crónicos, por consecuencia.

Las relaciones familiares y personales efectivas y afectivas están estrechamente relacionadas con el buen manejo de la inteligencia emocional, que es la capacidad de identificar, comprender y manejar las emociones propias y de los demás, lo que permite establecer relaciones más saludables y satisfactorias.

El miedo, la ira, la tristeza, la envidia, el celo, la arrogancia, el protagonismo, cuando no se estudian y se hacen conscientes para transformarlas en emociones positivas y acciones concretas de crecimiento, generan graves problemas. En una sociedad donde la célula familiar ha cambiado tanto en el tamaño de integrantes se vuelve indispensable tomar en la educación acciones concretas para enseñar a socializar y empatizar.

jl/I