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Los talleres de Fe y Política

Sin duda que este año 2024 está marcado por el proceso electoral del 2 de junio. Están en contienda la Presidencia de la República y el Congreso federal, nueve gubernaturas (Jalisco entre ellas) y mil 803 presidencias municipales. En total son 19 mil 634 cargos de elección popular.

Por la separación que existe con el Estado, la iglesia no puede opinar en cuanto a un candidato o partido político; sobre la iglesia y los sacerdotes pende la espada de Damocles, que cuelga de un hilo muy delgado.

Los sacerdotes y ministros de culto y las asociaciones religiosas gozan de los derechos a la libertad de religión, de conciencia, de expresión y de manifestación de ideas religiosas.

Sin embargo, la iglesia no puede ni debe ser indiferente en el proceso electoral, dentro de su labor pastoral y profética tiene el deber de impulsar la participación ciudadana y el uso del voto como un derecho.

Empero, deben respetarse los límites establecidos por la propia Constitución y las leyes que de ella emanan, so pena de incurrir en las infracciones administrativas o en los delitos señalados y ser sujetos de las sanciones correspondientes.

En materia electoral, el equilibrio entre la acción pastoral de los sacerdotes para orientar a los fieles en su compromiso social y político y el respeto a los alcances de la Ley General en Materia de Delitos Electorales, requiere de un ejercicio de prudencia desmesurada que no es sencilla y no es fácil.

La Conferencia del Episcopado Mexicano, CEM, en el Documento Lineamientos para la Prevención de Sanciones Administrativas y Penales para Ministros de Culto en Materia Electoral expone algunas recomendaciones prácticas que orientan a los sacerdotes y obispos para lograr el equilibrio pastoral.

Los sacerdotes pueden válidamente hacer las siguientes siete acciones durante todo el proceso electoral, que pueden realizarse en un lugar de culto público o en un acto de culto.

1. Hablar y publicar sobre el ejercicio del voto libre, secreto, informado y responsable, aun cuando sea en un lugar o acto de culto, ya sea en una capilla, templo o una parroquia; o en una misa en la calle o una procesión, o en el rezo del santo rosario, en un momento canónicamente adecuado.

2. Hablar y publicar sobre la importancia de la participación ciudadana en las elecciones como un deber ciudadano y cristiano, aun cuando sea en un lugar de culto público o acto de culto.

3. Promover los derechos humanos a la libertad religiosa y a la libertad de conciencia.

4. Exponer la doctrina y cuerpo de creencias religiosas (Catecismo de la Iglesia católica, las Sagradas Escrituras, el Magisterio de la Iglesia, el Código de Derecho Canónico, entre otros) sobre temas como la vida, la familia, el matrimonio, los derechos humanos, ética pública y en general la doctrina social cristiana.

5. Atender en un foro personal y privado a los candidatos a puestos de elección popular.

6. Brindar atención espiritual a los candidatos a puestos de elección popular.

7. Realizar comunicados por medios de comunicación tradicionales y electrónicos o en redes sociodigitales para fomentar la participación ciudadana a sufragar de manera libre, secreta, informada y responsable, evitando cualquier expresión que contravenga las disposiciones legales.

Bajo el lema “El pueblo de Dios valora, discierne y elige”, en varias Diócesis de México se desarrollan en las comunidades parroquiales, varios talleres de Fe y Política impulsados por sacerdotes y ciudadanos laicos con la confianza de que estos talleres y cursos motiven y ayuden a tomar conciencia “para reconocer, interpretar, y elegir a los gobernantes que sepan escuchar y responder a los desafíos en nuestro pueblo hoy”.

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