Regresan las corridas de toros a la Ciudad de México

Luego de casi un año sin celebrarse corridas en Ciudad de México, será la Plaza de Toros Arroyo el escenario donde se celebrará, este viernes, la novillada final con los triunfadores del ciclo realizado todos los sábados desde el 4 de marzo. Los diestros José Alberto Ortega, Emiliano Osornio y César Ruiz son los elegidos.

Enfrentarán novillos de diversas ganaderías. El encierro empezará a las 20.00 hora local del centro de México. Tras tres exitosas novilladas en cuanto a la asistencia de público, el ciclo novilleril de la Plaza Arroyo, situada en la alcaldía Tlalpan de Ciudad de México, llega a su fin.

La última generación de novilleros mexicanos ha dominado el toreo y Diego San Román, Isaac Fonseca y Héctor Gutiérrez son ya matadores con el peso del futuro de la tauromaquia sobre sus hombros. Por eso es tan trascendente el festejo de este viernes en la plaza Arroyo.

El resumen de los anteriores encierros es el distinto juego ofrecido por espadas y ganado. Los 18 novilleros han dejado variadas sensaciones.

Los elegidos para la novillada final lo han sido por distintos argumentos. Los tres formaron parte del cartel de la segunda de ciclo.

Alberto Ortega destacó en unos muletazos con un novillo de calidad. Gustó a los tendidos y unas manoletinas de rodillas seguidas de un derechazo, un natural y un pase de  pecho, sirvieron para asegurar su presencia en la gran final.

Por su parte, el joven Emiliano Osornio prendió a los presentes por saber llevar a un toro que no parecía apto para la lidia hasta una fase de muleta en la que animal y espada conectaron. Muleteó el de luces con la mano muy baja. Una oreja fue su premio. Un toreo el de Osornio que mostró madurez para su bisoña carrera.

De los tres el que dejó más honda sensación en los aficionados fue el novillero de Aguascalientes César Ruiz. Su estilo con sabor antiguo, perceptible desde la fase con el capote, pronto agitó a los presentes. Un toreo estético y adornado, pero también de mando y profundidad.

“Pellizco y empaque” apuntaron desde los tendidos. Una forma de torear que cala en los taurinos de la capital mexicana. Logró dos orejas en Arroyo facilitadas por derechazos largos y desmayados.

Apuntalando su labor con unos naturales más de fantasía que de pureza. Este viernes será el favorito de gran parte del público para obtener en triunfo definitivo en esta competencia de aspirantes a matadores.

De los ausentes, hay que destacar a Luz Elena Martínez, que en la primera de ciclo obtuvo un merecido premio en forma de una oreja. Sus naturales y valor ameritaban su presencia en el cartel final de Arroyo.

En frente los novilleros tendrán seis hierros distintos, lo que suma incertidumbre a lo ofrecido por los tres ganadores en su anterior comparecencia. Este viernes les espera sangre brava diversa que exigirá poner en juego sus dotes para la lidia.

FJN