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Estudio revela que el miedo al viaje y la inseguridad frenaron la migración desde Tecolotlán

(Foto: Especial)

En las décadas de 1970 y 1980, emigrar a Estados Unidos era casi una tradición en Tecolotlán, Jalisco. Las redes familiares y las historias de éxito alentaban a los jóvenes a probar suerte al norte. Sin embargo, no todos siguieron ese camino. Un grupo de ellos decidió quedarse, disuadido no por la falta de recursos, sino por el miedo a los riesgos que implicaba migrar.

Así lo documenta el estudio “Inmovilidad voluntaria en Tecolotlán, Jalisco: un análisis de alta migración”, elaborado por Víctor Castillo y Suhey Ayala, quienes identifican que los riesgos físicos, económicos y emocionales fueron factores clave para optar por la permanencia.

Para muchos jóvenes de aquella época, el primer obstáculo era económico. Seis de los once entrevistados reconocieron que el costo del viaje a Estados Unidos y el temor a endeudarse para pagarlo resultaban desalentadores. Sin acceso a redes de apoyo seguras o a documentos migratorios, el trayecto representaba un gasto alto y un riesgo aún mayor.

El miedo a no encontrar trabajo estable o a quedar atrapados en deudas también pesó en la decisión. 

Más allá de lo económico, la inseguridad del trayecto fue uno de los principales factores de rechazo. Nueve entrevistados mencionaron historias de accidentes, muertes o detenciones en la frontera. Los relatos de conocidos que sufrieron abusos o desaparecieron durante el cruce moldearon una percepción colectiva de riesgo que hizo que muchos reconsideraran la idea de emigrar.

El estudio destaca que, en una época sin comunicación constante ni acompañamiento institucional, la incertidumbre sobre el destino generaba un miedo real a “perderse en el intento”.

Otro motivo que frenó la migración fue el temor a la discriminación y al desarraigo. Algunos entrevistados expresaron miedo a ser tratados como extranjeros en un entorno hostil y a perder sus costumbres, su idioma o su sentido de pertenencia.

El estudio también subraya una dimensión de género en el miedo a migrar. Las mujeres entrevistadas mencionaron la vulnerabilidad durante el trayecto como un riesgo mayor: el temor a la violencia sexual, al abuso de coyotes o a la soledad en el destino.

Para muchas, permanecer en Tecolotlán significaba seguridad y protección familiar, además de la posibilidad de contribuir a la economía local mediante redes de trabajo y apoyo entre mujeres.

Los autores concluyen que la decisión de quedarse fue también una forma de protección emocional y comunitaria. La migración no solo representaba una travesía física peligrosa, sino una amenaza a la estabilidad familiar y al sentido de identidad.

GR