...
El buque-escuela mexicano Cuauhtémoc reanudó este miércoles sus operaciones tras chocar el pasado mayo con el puente de Brooklyn, en Nueva York...
Un estudiante de la UdeG habla en InformativoNTR sobre las protestas en los diferentes centros universitarios y su demanda de cancelar elecciones....
Más de 21 mil ingresaron a centros universitarios y los más de 67 mil restantes a las preparatorias del SEMS....
Le envía la misiva a Claudia Sheinbaum ...
El Instituto recuerda a las y los trabajadores que todos los trámites son gratuitos....
Los usuarios de OpenAI han comenzado a burlarse en las redes de los fallos y la inexpresividad del último modelo de ChatGPT, GPT-5, el nuevo chatbot ...
El investigador de Causa en Común, Fernando Escobar Ayala, señaló que el sistema de justicia no puede avanzar porque las fiscalías no son autónom...
A inicios de septiembre Donald Trump ordenó el primer ataque contra una embarcación que supuestamente estaba vinculada con ‘El Tren de Aragua’...
El boxeador Jesús Iván Mercado Cabrera, conocido en el ring como “Rafaguita”, fue localizado sin vida el pasado lunes 15 de septiembre en la car...
Se espera que figuras como Natalia Lafourcade o Bad Bunny lideren las candidaturas....
Jalisco inició sus actividades con un conversatorio en conmemoración del 70 aniversario de la publicación de “Pedro Páramo”, de Juan Rulfo...
Estaba en el intento de dos amigos fresas de hacer un evento sobre carreras de autos deportivos. ...
Jueces nuevos renunciando
Porque nos la quitaron
Ante la prohibición municipal que impide la compra-venta de animales en espacios abiertos como tianguis o mercados, los vendedores de cachorros y diferentes especies han migrado a veterinarias en El Baratillo.
Perros, gatos, cuervos, pericos, conejos y aves exóticas se ofrecen en pequeños locales que durante la semana están cerrados, pero los domingos abren para realizar ventas ilegales.
Tras un recorrido por El Baratillo, NTR pudo observar ayer que los comerciantes de animales que antes se establecían en el Parque Mirador, ubicado sobre la calle Manuel Payno, ahora se movieron a los locales disfrazados para seguir con las ventas.
Algunos abren las cortinas de los establecimientos, pero la mayoría sólo usa un pequeño espacio al exterior, sin ser parte del resto de los comercios del tianguis.
Según el artículo 20, fracción octava, del Reglamento Sanitario de Control y Protección a los Animales para el Municipio de Guadalajara, está prohibida su comercialización en espacios como tianguis, mercados, ferias, escuelas, kermeses o lugares similares, con excepción de eventos organizados con permiso del ayuntamiento.
También está prohibido rifar u obsequiar animales vivos, especialmente cachorros, en la vía pública, en vehículos, mercados, tianguis, ferias, escuelas, kermeses o similares. Quedan exceptuados los eventos organizados para dar animales en entrega responsable que cuenten con el permiso del ayuntamiento.
En el recorrido realizado por este medio también se constató que la venta de animales en El Baratillo no solo se limita a los locales disfrazados de veterinarias, pues se pudo observar a hombres con cachorros en mano, ofreciéndolos por diferentes pasillos, específicamente en los ubicados sobre la calle Juan R. Zavala al cruce con Manuel Payno.
Los precios de las mascotas dependen de la raza, pero algunos alcanzan los 2 mil 500 pesos. Un cachorro puede obtenerse hasta por 800.
A lo anterior se suma la poca certeza sobre lo adquirido. Dos personas que compraron un cachorro de perro en El Baratillo contaron a NTR que no se les entregó un certificado sanitario ni la cartilla de vacunación de los animales y, al final, los dos murieron.
"Compramos hace dos meses un cachorro labrador. Era nuestra primera mascota. La vendedora, que por cierto jamás quiso hacerse responsable, nos dijo que tenía dos vacunas, pero ignorábamos que deberían entregar el carnet de vacunación. El perrito a la semana hizo popo con sangre, tenía parvovirus y murió. Al final también nos dimos cuenta, según nos dijo el veterinario, ni siquiera era de raza", compartió Verónica Agredano.
jl/I