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Consideraciones sobre la reforma educativa

De las reformas propuestas en el sexenio de Enrique Peña Nieto, la más polémica fue la reforma educativa, fundamentalmente porque centraba su atención en aspectos administrativos y de los que podían derivar sanciones hacia los profesores, incluida la posibilidad de expulsión del servicio profesional docente.

Curiosamente el postulado central de la reforma educativa era mejorar la calidad de la educación, pero lejos de centrarse en mejorar las condiciones e incentivos para lograr el objetivo, centró sus recursos y energía en aclarar los castigos o sanciones a los profesores que no obtuvieran puntajes adecuados en los exámenes que la Secretaría de Educación Pública impuso.

De fondo, el objetivo de la reforma educativa postulada por López Obrador y el equipo que encabeza Esteban Moctezuma es justamente el mismo, mejorar la calidad de la educación. Pero el nuevo gobierno se propone reforzar mucho más las capacidades de los maestros, de manera que la capacitación y formación permanente de los profesores adquiere un lugar relevante frente a los asuntos administrativos. El actual gobierno ha dejado muy claro que la reforma debe preservar los derechos laborales de los profesores y la capacitación que se les ofrece, así como las evaluaciones del desempeño docente; fundamentalmente ofrecen la posibilidad de mejorar las capacidades y los puntajes dentro de la carrera magisterial.

Las comisiones unidas de Educación y Puntos Constitucionales aprobaron esta semana el dictamen de esta reforma con 48 votos a favor, tres en contra y nueve abstenciones. El proyecto será presentado, debatido y muy probablemente aprobado por el pleno –el próximo 2 de abril-, y posteriormente por las dos cámaras.

Si bien las dos versiones enfatizan el derecho de todos los mexicanos a la educación, la anterior se refería a la educación básica (preescolar, primaria y secundaria) y media superior (preparatoria) como obligatorias, mientras que la nueva reforma tiene el ambicioso planteamiento de que la obligatoriedad alcance también a la educación superior. Parecería que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador tiene un horizonte más amplio, en la medida en que propone que estos niveles de escolaridad sean “obligatorios, universales, públicos, gratuitos y con una orientación laica”.

En síntesis, la propuesta de reforma educativa tiene miras mucho más altas, pero necesita adecuar mecanismos e instrumentos para que los maestros, principales implicados en el éxito de esta reforma, estén plenamente convencidos de que la capacitación realmente sea útil para mejorar su desempeño docente y que los incentivos en términos de calificación y salario realmente les beneficien.

Para que la reforma cumpla con el objetivo de mejorar la calidad de la educación que se ofrece en México, necesita adecuar y aterrizar muy bien los mecanismos para que las metas puedan alcanzarse. Y aunque el objetivo incluya hasta el nivel de educación superior, se debe comenzar por los niveles elementales, por atender los requerimientos de infraestructura, materiales y docentes en las escuelas que se localizan en las poblaciones más alejadas y menos favorecidas del país. De otra manera seguirán reproduciéndose –en la educación-, las desigualdades económicas, en la calidad de vida y desarrollo regional.

Un postulado interesante de la reforma de AMLO es recuperar el prestigio social y profesional de quienes se dedican a la labor educativa, lo que debe ser ganado a pulso por los profesores que tienen a su cargo a los grupos de estudiantes. Recuperar la autoridad moral y el prestigio de que gozaban nuestros maestros deberá cultivarse desde la formación que se ofrezca en las escuelas normales, entre quienes optan por la profesión de educadores con verdadera vocación. Todos los profesores deberán trabajar en estrecha colaboración con la comunidad, el barrio, la colonia, en la que desempeñan su tarea como docentes de manera que realmente se integren al desarrollo de las localidades y regiones. El desafío de tan grande transformación debe empezar desde la educación básica, si se quieren alcanzar los grandes objetivos.

da/i