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Lobos se come a Chivas sin corazón

(Foto: Imago7)

Tres semanas después de la noche amarga en la que José Cardozo dirigió su último partido en el Estadio Akron en la derrota ante América, la afición regresaba al recinto rojiblanco con la esperanza de presenciar una versión y un resultado diferente.

La realidad fue tan cruda como noqueadora para la directiva que apostó por despedir al paraguayo con la falsa expectativa de apreciar una revolución inmediata. Lobos, sin ofrecer mucho solo tuvo una jugada para liquidar un juego que nunca buscó y encontró al triunfo al minuto 80 con un gol de Michaell Chirinos.

El debut de Alberto Coyote como técnico en una segunda etapa como interino, se vislumbraba con la posibilidad de aprovechar la inseguridad de un rival como Lobos BUAP que siete días antes había sido goleado por Puebla.

Y Coyote con la idea fija de que para lograr cambios radicales hay que realizar ajustes profundos sorprendió al dejar en la banca al lateral derecho Josecarlos Van Rankin para colocar en su lugar a Carlos Villanueva, y por izquierda tal como lo había ensayado en la semana mantuvo a Alejandro Mayorga. Pero la sorpresa fue que tras haber probado con Jesús Godínez en el ataque a lado de Alexis Vega. En la portería también hizo un cambio que se advertía desde hace tiempo y que Cardozo nunca se animó al enviar al banquillo a Raúl Gudiño para darle su lugar a Miguel Jiménez. Otra modificación rara en el campo fue cambiar de posición a Isaac Brizuela como volante por izquierda cuando su sector natural es por derecha.

Con un Lobos reservado, precavido y poco atrevido para ir al frente a la espera del error para animarse a atacar, Chivas se mostró agresivo en los primeros minutos arribando a través de triangulaciones por el centro del área o llegando por los costados.

Las aproximaciones del Rebaño eran tan constantes como lo eran las fallas de Lobos en el medio campo, pero ni con tantas facilidades se alteraba el marcador.

Las circunstancias adversas se comenzaron a escribir desde el minuto 9 cuando Jair Pereira debió abandonar el campo por lesión y su lugar lo cubrió Hedgardo Marín.

Sin embargo, la verdadera prueba fue sobrevivir a la expulsión de Alexis Vega en el último minuto del primer tiempo.

Con diez hombres en la cancha, Chivas con la obligación de ganar no cambió la propuesta de atacar, y Lobos apenas hizo el intento por atacar pese a que el mensaje de otro cambio como el de sacar a un inadvertido Eduardo López por otro inédito como Alejandro Zendejas provocara una sacudida en un accionar inoperante.

Cuando menos se esperaba, Mauro Lainez colocó una asistencia precisa al ingreso de Chirinos entre los distraídos Hiram Mier y Alejando Mayorga para rematar de cabeza y dejar inmóvil a Jiménez.

En los diez minutos restantes Chivas confirmó su realidad, y que con la derrota pierde posiciones en la tabla de cocientes en donde Atlas ya lo rebasó.

El clamor final de la afición fue el mismo, no para el nuevo técnico, sino para unos jugadores sin alma y algo más que se perdió: “¡Las Chivas pongan huevos, las Chivas pongan huevos”.

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