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Más que Leonard Cohen

Es él bruscamente: ahora (antes de empezar a escribir; la razón de que haya empezado a escribir) o ayer, mañana, no hay ninguna indicación previa, él está o no está; ni siquiera puedo decir que viene, no hay llegada ni partida; él es como un puro presente que se manifiesta o no en este presente sucio, lleno de ecos de pasado y obligaciones de futuro.

Son palabras de Julio Cortázar. El inicio de su relato Ahí pero dónde, cómo, dedicado a un amigo que perdería.

Es cruel. La bofetada que da la realidad con lo que ya no tenemos. Y fue lo primero en lo que pensé al enterarme este miércoles de la partida del escritor Carlos Bustos (Guadalajara 1968-2016).

A Carlos lo conocí en enero de 2014, pero ya había leído su obra en cursos sobre cuento fantástico impartidos en la Ciudad de México por la Dra. Ana María Morales.

Como parte de la Coordinación de Artes Escénicas y Literatura de la UdeG, empezaríamos la promoción de un taller de escritura impartido por Carlos en la desaparecida Casa Bolívar.

Esta noticia de la entonces Coordinadora de Literatura, Claudia Barreda, me dio alegría por varias cosas.

Primero, se trataba de un esfuerzo por mantener vivas las actividades de Literatura que a Cultura UdG, durante el año y fuera de la FIL, poco le interesaban. O le interesan. Si es conocido que su aún director pasaba el tiempo de su gestión en juegos de computadora como Farmingville, es claro que los intereses estaban en otros asuntos.

Luego, era una oportunidad de pertenecer a la complicidad de mantener un trabajo iniciado por ex coordinadores a partir de talleres y cursos, que se extenderían con escritores como Eugenio Partida. Otro gran nombre.

Y como a muchos, me gustaba el trabajo de Carlos, reconocido con premios nacionales como el Juan Rulfo, el Jorge Ibargüengoitia, el Agustín Monsreal, el Gilberto Owen, el Gerardo Cornejo… etcétera.

Desde el inicio, Carlos siempre tuvo la mejor disposición. Siempre con una sonrisa. Y se podía hablar de todo con él. Todos los temas le emocionaban aunque el cine ocupaba un espacio importante. Y bromeaba con todos. Y saludaba a todos. Y abrazaba a todos. E invitaba un vino frío a todos.

Gracias por la complicidad, Carlos Bustos. Se quedan tu obra y los recuerdos de una gran persona.

Y también te quedas tú.

Pero me dueles más que Leonard Cohen.

@los21fosfenos