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Migrantes viven con miedo tras detención masiva en Chiapas

(Foto: AP)

TONALÁ. Este martes los migrantes centroamericanos que recorren Chiapas rumbo a Estados Unidos recuerdan su frenética huida el día de ayer, escabulléndose bajo rejas de alambre con púas hacia los pastizales y luego pasando la noche entre árboles después de que cientos de personas fueran detenidas en una redada.

En el pueblo de Tonalá, Chiapas, los migrantes atestaron una iglesia, uno de los pocos lugares donde se sintieron seguros, sólo para sobresaltarse de temor con la sirena de alguna ambulancia que pasaba por el lugar.

“Hay gente que todavía está perdida en el monte. El monte es bien peligroso”, dijo Arturo Hernández, un musculoso hombre de 59 años, antes agricultor en Comayagua, Honduras, quien huyó entre los árboles junto con su nieto. “Esperaron a que estuviéramos descansando y nos cayeron, jalando niños y mujeres”.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Migración (INM), 371 personas fueron detenidas el lunes en lo que ha sido, hasta ahora, la redada más grande contra una caravana migrante desde que los grupos comenzaron a cruzar el país el año pasado.

Según constataron periodistas de The Associated Press, los agentes se enfocaron en los grupos aislados al final de la caravana de unas 3 mil personas cerca de Pijijiapan, metiendo a la fuerza a los migrantes a vehículos policiales y rumbo a su presunta deportación mientras los niños lloraban.

SE SIENTEN ACECHADOS

Ahora atemorizados de caminar en las carreteras, algunos ante la desesperación optaron por una táctica que antes era popular para dirigirse al norte: subirse a trenes de carga que van rumbo al estado vecino de Tabasco. Han pasado años desde que los migrantes subían a los trenes en grandes cantidades.

Javier Núñez, un hondureño de 25 años, dijo que él y su familia atravesaron colinas a lo largo del río y algunas vías férreas después de la redada y antes de aventurarse al pueblo de Pijijiapan en busca de comida. Sin embargo, los agentes volvieron a aparecer la noche del lunes y detuvieron a su esposa e hijo, quienes, según dijo, fueron llevados a una instalación de inmigración en la ciudad fronteriza de Tapachula para comenzar el proceso de deportación.

“Nos andaban cazando”, dijo Núñez. En su opinión, lo único que puede hacer es continuar solo para ver qué tanto avanza. “Ahora andamos ariscos con todos los que nos miran o se acercan”.

CALLA EL PRESIDENTE

Al preguntarle sobre las detenciones, Andrés Manuel López Obrador no ofreció detalles el martes sobre lo que calificó de un “incidente”, pero reconoció que el gobierno no permite que los migrantes simplemente vayan a donde quieran. Negó adoptar una política dura y aseguró que el control de los migrantes es por su seguridad y porque hay traficantes de personas infiltrados entre ellos.

“No queremos que tengan libre paso”, dijo López Obrador, “no sólo por cuestiones legales, sino por cuestiones de seguridad”.

SUPUESTO RESCATE

En un comunicado emitido la noche del lunes, el Instituto Nacional de migración (INM) de México dijo que “rescataron” a 371 migrantes, una expresión utilizada para hablar sobre migrantes encontrados en todo tipo de situaciones, ya sea secuestrados por hombres armados de un cártel en busca de rescate, apretados en tráileres peligrosamente saturados o simplemente arrestados en la ruta y enviados para que inicien el proceso de deportación.

La agencia dijo que agentes realizaban una revisión migratoria el lunes cuando un grupo de migrantes “iniciaron una agresión” contra los agentes, quienes entonces llamaron a la policía federal. Entre los detenidos había un “número significativo” de menores y mujeres.

JJ