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Muerte a la crítica

El presidente López Obrador se ha quejado en varias ocasiones de ser el presidente “más atacado de la historia”. Esto es falso, parte del mensaje de propaganda que ejerce desde sus mañaneras. Faltaría simplemente recordar el golpeteo mediático que vivieron los últimos presidentes, desde Ernesto Zedillo, pasando por la ridiculización que se hizo de Vicente Fox y que alcanzó su pináculo con Enrique Peña. 

Si bien los presidentes en México han vivido una fuerte crítica y por supuesto a ningún gobierno le gusta ser criticado, la presente administración se ha caracterizado por una completa invalidación de la crítica. 

No hay crítica que pueda ser aceptada o que obligue a la refutación con datos o argumentos. Ninguna crítica dirigida hacia el presidente y a su gobierno tiene validez y merece ser escuchada. Ya no digamos rebatida con argumentos. 

Y este es el método preferido de AMLO: no responde sobre la crítica, sino que se limita a acusar al mensajero. No entra al fondo, sino que basta con acusar de lo que sea a quien lo presenta y listo, crítica destruida. 

Pero queda destruida porque el presidente nulifica al crítico: es un conservador, un neoliberal, un corrupto, es de la mafia en el poder, perdió privilegios, quiere que vuelva la corrupción, está manipulado y un largo etcétera. 

Esa falacia en el debate se le conoce como ad hominem: atacar al mensajero y nunca responder al fondo de la crítica. 

Si la crítica viene de algún medio nacional, fácil: es que están enojados porque perdieron privilegios. ¡Ya no hay chayote! Si la crítica lo hace algún medio extranjero, fácil: es que representan intereses económicos de extranjeros que estaban acostumbrados a saquear a México. ¡Fuera del país! 

Si viene de alguna organización de la sociedad civil, de mujeres, de desaparecidos, de víctimas de la violencia, de académicos. Fácil: son manipulados por intereses conservadores. ¡A la basura con sus quejas! 

El problema es que esta recetita la aplica el presidente y sus seguidores a todo mundo. Incluso a personas destacadísimas del movimiento histórico de izquierda decepcionadas del fracaso político y económico del actual gobierno. 

Los últimos casos, textos y entrevistas publicadas por dos personajes históricos del movimiento de izquierda nacional: El doctor Gilberto Guevara Niebla, ex subsecretario de Educación, y del doctor Roger Bartra, reconocido académico y sociólogo de la UNAM. 

¿Hubo alguna respuesta a la crítica de personajes tan importantes o suscitaron algún tipo de reflexión argumentada que demostrara que Bartra o Guevara estaban equivocadas? 

¡Claro que no! ¡Son conservadores, cooptados por grupos perjudicados por esta gran transformación! 

Entonces lo que digan no sirve de nada y perdemos el tiempo escuchándolos. Y ya. 

El gobierno del presidente no tiene voces que le puedan decir que el rumbo va mal o que la ruta está equivocada. Nadie. El presidente está solo, rodeado de un equipo que no sabe o no puede contradecirle sus deseos y ocurrencias. Y eso terminará por perjudicar no solamente a México, sino al mismo López Obrador y su gobierno. 

*Economista, profesor en la Universidad Panamericana en Guadalajara 

Twitter: @Israel_Macias

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