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Alfaro y MC de opositores, ¿qué dirían?

Volteemos las preguntas: ¿qué sucedería si Enrique Alfaro Ramírez, en vez de ser el actual gobernador, militara en la oposición? ¿Cuál sería el punto de vista si Movimiento Ciudadano (MC) fuera, en este 2023, opositor a quien gobernara? Por poner un ejemplo, ¿qué opinaría Alfaro acerca de la seguridad pública que se ofrece en Guadalajara y el resto de Jalisco? ¿El partido naranja qué diría, en el rol de opositor, si otro partido estuviera gobernando la entidad y los municipios del Área Metropolitana de Guadalajara?

Recordemos que Alfaro Ramírez criticó el estado de la seguridad pública cuando el gobernante era Aristóteles Sandoval Díaz. Incluso, en un tuit exigió que, si el anterior mandatario no podía con el paquete, renunciara. Ahora que la situación está peor en cuanto a garantizar la tranquilidad de los jaliscienses, con más desapariciones; más fosas clandestinas; miles de feminicidios sin resolverse, continuos asesinatos de policías y balaceras por toda la entidad, ¿qué opinaría si fuera opositor? ¿Justificaría al adversario político que ofrezca los mismos resultados que ahora presumen el gobierno estatal y los gobiernos municipales naranjas?

En el mundo de la utopía, los gobernantes de cualquier partido tendrían que hacer continuamente ese ejercicio: preguntarse, ¿qué dirían como oposición ante los resultados que ofrecen sus gobiernos? Porque es diferente militar en la oposición, criticar al que gobierna y prometer que resolverán, transformarán o disminuirán los diferentes problemas, para al hallarse al frente de un ayuntamiento, un gobierno estatal o un gobierno federal, ser ineficientes, no solucionar nada de fondo, justificar las ineptitudes, echar culpas a las anteriores administraciones y seguir tan campantes con sus discursos falsos. Las promesas de la oposición son quimeras para seducir a los votantes.

Pongamos otro ejemplo. Vecinos del fraccionamiento Jardines de la Paz, en Guadalajara, tienen años exigiendo que se respete el Parque San Rafael y se han opuesto a las obras que realizan ahí el Siapa, el gobierno estatal y el municipal. Lo han hecho con movilizaciones, protestas afuera del parque, en redes sociales, por la vía jurídica y acudiendo a los pocos medios informativos que los escuchan. Su lucha ha sido denodada, firme y clara. Los recursos legales gestionados en los juzgados se los han pasado por el arco las autoridades. Ganar un caso en los juzgados de poco sirve si las resoluciones no se cumplen, si los intereses de una empresa inmobiliaria están por encima de la voluntad de los ciudadanos.

Este lunes, en un alarde de fuerza e intimidación, con un dispositivo policial impresionante, como si protestar fuera un delito o los vecinos delincuentes, se impuso la continuación de las obras en el Parque San Rafael. En vez de socializar, dialogar y escuchar razones de los colonos, los ignoraron; en lugar de argumentos, les colocaron sorpresivamente vallas, mallas y uniformados frente a viviendas; en vez de transparencia como un derecho, se oculta lo que ocurre dentro del parque, y no se acepta otra versión; que si los colonos critican las obras, se les sitia, difama e intenta dividir; que por las obras derribaron cientos de árboles, que acaban flora y fauna, se desdeña.

Que el Congreso del Estado exhorta al Ayuntamiento de Guadalajara, al gobierno estatal y al Siapa para que cumplan las resoluciones judiciales en favor de los vecinos; respeten el libre derecho a la manifestación de los colectivos; retiren de manera inmediata a los elementos de seguridad pública, al no haber razones que justifiquen su presencia en el parque; respeten y protejan el derecho a un medio ambiente sano, y brinden a los vecinos un espacio de diálogo público para atender sus inconformidades, no importa. Hicieron lo contrario. ¿Qué opinarían Alfaro y MC de todo esto si estuvieran en la oposición? ¿Con tal de dar otra zancada rumbo al poder dirían lo que conviniera a sus intereses? Seguramente.

Twitter: @SergioRenedDios

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