La trata de personas va más allá de la explotación sexual

La directora ejecutiva de la Red por los Derechos en la Infancia de México (Redim), Tania Ramírez, destaca la urgencia de redefinir el concepto de reclutamiento y trata de personas. Históricamente asociado solo a la explotación sexual de mujeres, este delito abarca una gama más amplia de conductas, incluyendo la observación del territorio (halconeo), la explotación comercial y la coerción de menores para cometer delitos.

Estas prácticas aprovechan la vulnerabilidad y exclusión social de niñas y niños, quienes constantemente son obligados a delinquir sin saberlo, como transportar paquetes. Esto dificulta la detección y acreditación del delito. Ramírez subraya que, aunque es complejo de monitorear, la inteligencia criminal del país debería permitir el rastreo de estas conductas.

Redim hace un llamado a reconocer a los menores como víctimas de reclutamiento y trata, criticando la tendencia punitivista que castiga a los adolescentes delincuentes sin perseguir a quienes los obligan. Se observa que las redes de trata enganchan a jóvenes con falsas promesas de empleo, un factor recurrente en las desapariciones de menores que buscaban trabajo.

La trata es un delito grave que atenta contra la libertad e identidad. Es aún más grave en niñas y adolescentes, quienes tienen un estándar de protección más amplio debido a su etapa de desarrollo y la necesidad de cobertura familiar y de las autoridades.

Tania Ramírez enfatizó en que la alta incidencia de este delito en mujeres adolescentes revela la violencia machista y adultista, creando una disparidad de poder que las deja en desventaja para defenderse. A pesar de programas existentes, la persistencia de estas prácticas resalta la relevancia de este problema.

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