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La búsqueda de Vanessa Guillén en una base militar

Más de 600 mil personas desaparecen en Estados Unidos cada año, según los registros del Sistema Nacional de Personas no Identificadas (NamUs), una base de datos creada para ayudar a resolver los casos que involucran a los restos humanos sin identificar y las personas desaparecidas. 

Actualmente hay 18 mil 626 casos abiertos de desapariciones y a estos se ha sumado la de Vanessa Guillén, una soldado de 20 años que nació en Houston y cuya familia tiene raíces en Zacatecas, México. 

Pertenece a la base militar de Fort Hood, ubicada en Killeen, a una hora de Austin, la capital de Texas. Y la última vez que la vieron fue en el estacionamiento fuera del cuartel en ese lugar, la mañana del 22 de abril. Había ido a recoger un pedido de comida. 

La voz, la rabia y el dolor de su madre, Gloria Guillén, recuerda a las miles de mujeres mexicanas que siguen buscando a sus hijas y a sus hijos en Jalisco, Veracruz, Tamaulipas, Ciudad de México, Sinaloa, Sonora, Colima, en cualquier lugar de México. 

Guillén dice que su hija había sido acosada sexualmente por un teniente y asegura que la desaparecieron en la armería, en el cuarto donde se limpian las armas, y quien se la llevó usó una camioneta blanca. 

Al día siguiente de su desaparición encontraron en la armería las llaves de su automóvil, la llave de la habitación de su cuartel, la tarjeta de identificación del Ejército y su cartera. 

“Ayer cuando miré que andaban buscando en ese río me sentí muy mal, porque yo sé que mi hija no está allí, ellos se tardaron mucho en buscar a mi hija porque yo les supliqué que buscaran desde un principio a mi hija, que se cerrara esa base, y que se pusiera a buscar a los más de 30 mil soldados de esa base y no lo hicieron. Nunca lo hicieron. Le supliqué que se investigara esa base, que se buscara cuarto por cuarto. Barraca por barraca. Edificio por edificio. Nunca lo hicieron”, dijo Gloria, la madre de Vanessa, el 24 de junio afuera de la base militar. 

“Ahora que ella necesita debemos apoyarla para salir y buscarla, y atrapar al miserable que sea, que no sé cuál de todos sea; yo por eso exijo justicia, y exijo que se cancele a todos los sargentos que estaban al mando de mi hija, a todos los de su unidad. Que se investiguen sus casas, sus ranchos, sus cuartos, sus celulares, que se los quiten hasta que me digan dónde está mi hija”. 

Decenas de personas se han sumado a la búsqueda y se han realizado rastrillajes como lo hacen las madres en México, mientras el Ejército encabeza la investigación junto con el FBI. 

En esas búsquedas se han encontrado en dos ocasiones restos humanos: los primeros eran del soldado Gregory Morales, el Ejército lo había catalogado como desertor y en realidad lo habían desaparecido el día 19 de agosto de 2019 fuera del mismo Fort Hood. 

El Ejército informó que han entrevistado a más de 500 personas, pero la familia y la abogada Natalie Khawam, quien ha trabajado en otros casos de agresión sexual militar, dicen que lo que han hecho las autoridades es insuficiente y hay contradicciones en sus informes. 

“Hay muchas mentiras en este caso de Fort Hood, ellos (los militares) están encubriendo algo y por eso es que creo que la única manera de saber la verdad es que haya una investigación del Congreso”, ha dicho Khawam. 

Después de las presiones, el Ejército dijo que lleva una investigación por separado de las acusaciones de acoso sexual y ofreció 25 mil dólares de recompensa. 

"Si encuentran a mi hija muerta, cerraré esta base", dijo Guillén, que quiere hablar con el presidente Donald Trump y cada vez sus comentarios han conmovido y movilizado a más personas, entre ellas la congresista demócrata Sylvia García y la actriz Salma Hayek. 

¿Le dará importancia a esta búsqueda el presidente Trump? 

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