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El Salto, Juanacatlán y Mezcala

Por motivos desafortunados estas tres poblaciones de Jalisco no dejan de estar en la opinión pública. Como se sabe, a El Salto y Juanacatlán hace décadas que los han convertido en zonas de sacrificio socioambiental y, para completar este cuadro, hoy están amenazados con instalarles plantas termoeléctricas. A Mezcala, pueblo originario de la cultura coca, no cejan en pretender despojarlo de su patrimonio.

Estos tres pueblos hace más de dos décadas que están en resistencia y prefigurando proyectos y modos de vida autónomas, luchando contra la contaminación letal del río Santiago y del lago de Chapala, producto de la industrialización sin respetar las normas ambientales. La urbanización salvaje y el despojo al que han sido sometidos les ha desconfigurado el territorio y les ha quitado el sosiego y el buen vivir que las caracterizaba. Ahora predominan enfermedades y muerte.

En Mezcala han intentado, sin éxito, cambiar la posesión comunal de la tierra para replicar ahí lo que han hecho en Chapala y Ajijic, convirtiéndolas en colonias de ricos gringos, canadienses y mexicanos.

Particular deseo les despierta la isla, corazón del pueblo de Mezcala, como ellos la consideran. En 2010 detuvieron los intentos del gobierno federal para intervenirla con el pretexto de conmemorar el bicentenario de la Independencia. Más adelante, lograron sacar al empresario tapatío Guillermo Moreno Ibarra, que impunemente había invadido varias hectáreas del cerro el Comal y construido una gran finca en el pico del cerro.

Durante estos días se ha denunciado que las empresas Omnia Experience y Techno Hours Sessions, presumiendo su gran ignorancia, anunciaron la venta de boletos para una fiesta rave en las islas que, según ellos, son privadas y están deshabitadas.

Y, en paralelo, pobladores de El Salto y Juanacatlán, frente a Casa Jalisco hicieron públicos los resultados de estudios toxicológicos en los que encontraron en la sangre de 200 personas plomo, cadmio, mercurio, arsénico, manganeso, aluminio, níquel y cromo.

Por supuesto no es noticia nueva, como tampoco lo es el desprecio y la falta de interés de los gobernantes en atender los reclamos de atención a sus males de salud que vienen haciendo, de menos, desde 2008.

Los gobernadores del PRI, PAN y MC han prometido sanear y restaurar al río Santiago. Todos han simulado hacerlo, pero ninguno de ellos ha dado respuesta eficiente. Y, además, por si fuera poco, después de su fracaso en Juanacatlán, ahora pretenden instalar una planta termoeléctrica en este municipio.

Los resultados de los estudios toxicológicos, después del plantón que realizaron el martes 18 de noviembre frente a Casa Jalisco, se le dejaron al gobernador Pablo Lemus en una carpeta con toda la información al respecto. El gobernador ha negado saber del caso. Quizá sus asistentes no le entregaron la información, pero, de cualquier manera, él, por ser el gobernador, debería saber de la grave situación de salud que se vive en estos pueblos y, sobre todo, atenderlos.

Infelizmente estas emergencias sociales no están vinculadas al mundial de Futbol porque, de ser así, otro gallo cantaría.

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jl/I

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