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Virgen de Guadalupe, una colección en movimiento

MONTAJE. Desde hace meses, restauradores, arquitectos, ingenieros y diseñadores prepararon las obras. (Foto: Agencia EFE)

El Museo del Prado de Madrid presentó este lunes la exposición Tan lejos, tan cerca. Guadalupe de México en España, que reúne unas 70 imágenes de la Virgen de Guadalupe llegadas de museos, catedrales, basílicas, parroquias, monasterios y colecciones privadas de toda España y de México, en un proyecto que ha movilizado a cientos de profesionales.

Desde hace meses, transportistas, restauradores, arquitectos, ingenieros y diseñadores han preparado las obras y un par de grandes salas del museo español para que todo estuviera listo para la llegada de las piezas y el montaje final de la exposición.

Y hace dos semanas comenzó el baile, aparentemente caótico, pero perfectamente coreografiado, de transportistas, montadores, electricistas e iluminadores, responsables del grafismo y la cartelería.

El pasado 26 de mayo, cuando Efe accedió a las salas, ya había algunos cuadros colgados, sobre todo los que habían llegado meses atrás al departamento de Restauración del Museo del Prado, donde fueron limpiados y restaurados para lucir impecables.

A su alrededor, decenas de cajas de transporte llegadas desde dieciocho catedrales, trece basílicas, siete colegiatas y cuatro santuarios marianos, en los que las imágenes reciben culto propio por toda España. Otras tantas llegaron desde parroquias y capillas de villas y pueblos, conventos, museos y colecciones particulares.

Apiladas a los pies de una bellísima talla de Sor María de Jesús de Ágreda (Zamora, España), que mira con arrobo la aparición de la Virgen sobre su hombro, decenas de cajas de transporte esperaban a ser abiertas en presencia del 'correo' –el enviado del museo que presta la obra– y de un experto del Prado, que revisarán cada pieza para certificar su estado y si tiene algún desperfecto tras el viaje.

Es el caso de la directora general del Museo Franz Meyer de México, Giovana Jaspersen, que supervisaba la apertura de las cajas de dos grabados, o de Graciela Téllez, de la Colección Pérez Simón, que revisaba el estado de un cuadro de la Guadalupe española llegado desde México.

Un poco más allá, unas planillas de cartón y grandes botes de pintura esperan la intervención del responsable de escribir el título de la exposición y las explicaciones sobre las paredes azules de la muestra.

Entre medias, y sorteando escaleras, plataformas rodantes, escobas y fregonas, además de los carritos de electricistas y montadores, circulan operarios de las brigadas del museo moviendo obras en un caos perfectamente sincronizado.

En mitad del ajetreo, el restaurador Álvaro Fernández, contempla con orgullo un gran óleo de la virgen llegado desde la iglesia de San Miguel, en Jerez de la Frontera (Cádiz), al que ha dedicado unos dos meses y que ahora luce colgado con su gran marco tallado, que también ha sido limpiado y restaurado para la ocasión.

La mayoría de las obras expuestas fueron realizadas en México y enviadas a España antes de 1821 por indianos, virreyes, obispos, órdenes religiosas, funcionarios y familias relacionadas con el comercio transoceánico y la minería.

jl