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El último viaje, la pronta despedida

RESISTENCIA. Rodolfo Santa María Troncoso muestra el testimonio de cómo muchas veces cuesta soltar a los familiares cuando la muerte es inevitable. (Foto: Agencia EFE)

Poder decidir cómo uno quiere morir es todavía un difícil proceso en Latinoamérica, una problemática que el cineasta Rodolfo Santa María Troncoso detectó y quiso plasmar en el documental El último viaje (2024), un testimonio sobre cómo muchas veces nos cuesta soltar a nuestros familiares cuando la muerte es inevitable. 

La cinta sigue al tanatólogo Federico Rebolledo, un doctor que durante más de 40 años se ha dedicado a acompañar a sus pacientes cuando estos ya tienen la expectativa de alcanzar una muerte digna, media vida de dedicación que también se acabó para el especialista cuando le detectaron un cáncer terminal. 

“A todos nos va a llegar la muerte, y vamos a tener que ver cómo la enfrenta algún familiar. La muerte siempre es dolorosa”, explica Santa María sobre las dificultades para acompañar a nuestros seres queridos en su lecho de muerte. 

Rebolledo acompañó a más de 2 mil personas movido por “el sufrimiento de los pacientes”, una “cruzada” que decidió encabezar ante las pocas soluciones y respuestas que ofrece el gobierno de México a los pacientes terminales. 

“En México hay poca información al respecto y mucha gente no sabe. Hay la posibilidad de una sedación, que es legal, y que implica controlar el dolor. Y por otro lado, hay ayuda médica para morir, que no es legal y mucha gente necesita”, explica. 

El cineasta se refiere a la eutanasia, legalizada en tan solo dos países en toda Latinoamérica: en Colombia desde 2014 y en Ecuador para casos concretos como el de Paola Roldán, enferma de esclerosis lateral amiotrófica (ELA). 

Concretamente en México, la eutanasia está tipificada como “homicidio piadoso” en el código penal, aunque hay voces como la de Samara Martínez, enferma terminal de lupus e insuficiencia renal, que pelean por la legislación de la muerte digna. 

El doctor Rebolledo era un “provocador, hablaba y pensaba siempre en la muerte”, defendió la eutanasia y fue el instrumento que el cineasta utilizó para contar “la necesidad” que estos pacientes y familiares encuentran con los procesos médicos. 

Aunque apoyar la legalización de la eutanasia sea uno de los principales objetivos de Santa María, para el realizador esta ópera prima se trata más bien de enseñar el sufrimiento y complejidades por las que los parientes, pero sobre todo los enfermos, pasan para llegar a la decisión de quitarse la vida. 

Santa María también señala a las instituciones médicas que “mantienen vivas a muchas de esas personas por seguir cobrando”, y aunque entiende que “cualquiera quiere mantener con vida a su familiar”, pide reflexionar a los allegados de los pacientes sobre cuándo hay que soltar. 

El último viaje se estrenó en las salas mexicanas de más de 20 estados del país este fin de semana, una reflexión sobre la muerte que “siempre llega”, aunque esta vez en formato documental. 

ANÁLISIS. Más que una cinta sobre legalización de eutanasia, el cineasta muestra lo difícil del adiós.  (Foto: Agencia EFE)

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