INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

El silencio de Mauro Garza

Durante los últimos años el sindicato patronal, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), se ha presentado como el adalid en la lucha contra la corrupción a nivel nacional y, por lo tanto, estatal; ha lanzado programas anticorrupción como los 11 compromisos contra la corrupción, en 2017 y 2018 previo a los procesos electorales de esos años, junto con organizaciones de la sociedad civil como Transparencia Mexicana y Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, mientras que en 2017 los jóvenes de la Coparmex lanzaron el programa Yo no Doy Mordida.

Hace un año, en abril de 2018, el presidente de la Coparmex Jalisco, Mauro Garza Marín, participó en conjunto con Xavier Orendáin de Obeso, presidente de la Cámara de Comercio de Guadalajara, en el panel Corrupción e integridad en el mundo empresarial, organizado por la Universidad Panamericana. En una entrevista posterior al evento, de acuerdo con lo publicado por el periódico Mural, Garza Marín declaró textualmente:

“Destacamos la importancia de que todos cooperemos para combatir la corrupción, porque es una responsabilidad compartida (…). Creo que si lo combatimos desde los dos lados y en conjunto con la academia, sí se puede luchar contra ella”.

Al recordar el título de aquel panel (Corrupción e integridad en el mundo empresarial), ¿qué pensará el actual presidente de la Coparmex Jalisco, Mauro Garza Marín, de quien fue su antecesor en la presidencia del sindicato patronal, Juan José Frangie Saade, al saber que como jefe de Gabinete en el Ayuntamiento de Zapopan tramitó directa y personalmente como representante legal de la empresa de su propiedad, Foodlinks, SA de CV, un descuento de 100 por ciento en el pago de los derechos por licencia correspondientes a este 2019? ¿Qué pensará Garza Marín de quien fue su antecesor al frente de la Coparmex, Jesús Pablo Lemus Navarro, que hoy como presidente municipal de Zapopan justifique y disculpe que su colaborador y amigo, además de jefe de su gabinete, Frangie Saade, haya tramitado un beneficio económico para la empresa de su propiedad, que además lo hizo como su representante legal?

¿Mauro Garza Marín coincide con Jesús Pablo Lemus en el sentido de que Juan José Frangie no incurrió con su actuación en un conflicto de interés, como claramente lo establece el artículo 58 de la Ley General de Responsabilidades Administrativas? ¿Garza Marín estará de acuerdo y avalará que el jefe de Gabinete sea al mismo tiempo representante legal de la empresa de su propiedad y que con tal carácter realice trámites ante el ayuntamiento en el que trabaja de beneficios económicos para la firma de la que es accionista mayoritario?

No quiero creer que Mauro Garza sienta que no tiene la calidad moral para cuestionar a sus antecesores, luego de que en julio de 2017 se revelara que era socio de una de las llamadas torres chuecas ubicada en La Rioja 2914, Colomos Providencia, que violó el Plan Parcial vigente al construir cinco pisos cuando lo permitido son dos, además del reglamento de Obra Pública, según lo denunció en aquellas fechas el entonces regidor del PAN Alfonso Petersen Farah, problema que solucionó con el pago de una multa para “legalizar lo ilegal” de acuerdo con el programa aplicado por el entonces alcalde Enrique Alfaro.

Y si tampoco alzó la voz respecto a la cuestionada licitación del programa alfarista A Toda Máquina, su complicidad no puede ser tan evidente guardando silencio ante una flagrante violación a la ley por parte de Frangie.

También han guardado silencio las demás cúpulas empresariales como la Canaco, que en tiempos de Fernando Topete puso en marcha el programa No Darle Tiempo Extra (a la corrupción). ¿O sólo se trata de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio?

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

JJ/I