No la merecemos, no así

Guadalajara no merece una feria como la que terminó ayer, porque los valores literarios de Guadalajara no estuvieron allí en ninguna de las dos semanas. Sólo estuvo una parte, no la más atractiva ni la más talentosa. En realidad, la cara mostrada en la feria del libro fue la del aficionado. ¿Por qué digo esto? Véase el programa y constate quien quiera que la mayoría de lo allí presentado fue fruto de la autoedición, la que promueven algunas editoriales que de ningún modo podríamos llamar independientes. En la mayoría de los casos estas agrupaciones publican a sus autores mediante un acuerdo de servicios, sin que se privilegie de por medio una decisión propia de criterio editorial. Es decir, publican lo que les cae y pague.

De modo semejante, días antes de comenzar (véase en Facebook: https://www.facebook.com/feriadellibrogdl/), sin criterios de ningún tipo y haciendo una convocatoria virtual (podríamos decir a mano alzada electrónica) llamaron a llenar la cartelera de los actos y este fue el precario resultado: presentaciones de libros (con pobres y atropelladas alocuciones, es decir, sin que se prepararan escritos), conferencias de diversa y disparatada índole y cándidos soliloquios donde el yoismo y la sobada del ego estuvieron a flor de piel. Creo: la entronización del yo autoral vivió sus faustos en los desencajados diseños y cojas ediciones. Tres editoriales de ese nuevo mercado editorial (que enmascara la autoedición) y una asociación civil (aupada por un trabajador del ayuntamiento) completaron ese cuadro de actividades. Sobra decir que la comunicación de la feria en la red social es lo que sigue de precaria: no redactan bien ni su nombre.

Feria de saldos, sin novedades, caminar en ella es un pasmoso déjà vu donde todo pareciera igual siempre. Y el supuesto homenaje a González Casillas se fue con el viento, pues nadie vendió sus libros, como le pasó a Vevia y a Castillo. ¡Es que nadie nota que todos están a su aire, desarticulados, sin conexión, diálogo ni propósitos comunes! Es más, ni el más mundano fin que es vender pareciera unir esta desorientada e inmerecida acumulación de objetos, ruidajos y despropósitos que llaman Feria Municipal del Libro.

@LibracoFP

jj/i