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Escuchar el estero


Los ojos de los cocodrilos en el estero de El Salado, ubicado en el corazón de Puerto Vallarta, pueden identificarse, por la noche, sólo con la luz de las linternas que hacen que sus ojos brillen como una luz roja. Están bajo el agua. El resto es silencio. En una pequeña embarcación, personal del estero y dos artistas sonoros surcan las aguas con sus micrófonos. Sólo se escucha el rumor. Luego ni eso.

Con micrófonos especializados, los artistas comienzan a grabar: el sonido de las aves cuando aletean entre la vegetación del manglar, el de los insectos que permanecen en el ambiente cuando cae la oscuridad y el de las ranas y sus cantos de apareamiento, por mencionar algunos.

Estas sesiones ocurrieron durante el atardecer, a las seis de la tarde, a la luz de las siete de la madrugada y en varios puntos, algunos andados incluso a pie por siete artistas de talla internacional durante las dos semanas que duró el Encuentro Internacional de Grabación de Campo en Puerto Vallarta, organizado por el artista sonoro tapatío Yair López en conjunto con la Secretaría de Cultura de Jalisco, el Instituto Vallartense de Cultura, el Centro Universitario de la Costa de la Universidad de Guadalajara y el Laboratorio Sensorial y la Oficina de Proyectos culturales.

Aunque hubo una gran cantidad de actividades, entre conciertos y charlas, cuyo objetivo fue unir el arte con la ciencia, introducirse a El Salado constantemente fue el centro de todo el circuito.

Esto cobra especial importancia ya que apenas en marzo de este año el estero, de por sí amenazado por la urbanización desmedida que ahorca cada vez más su espacio, se vertió a propósito las aguas negras de un colector de drenaje de la ciudad, dañando la oxigenación del espacio, como reportó NTR. Si llegara a desaparecer, como ha ocurrido ya con varios manglares en todo el territorio nacional, cientos de especies estarían amenazadas, entre ellas los cocodrilos, especies que en México están en peligro de extinción, pero afectaría además la temperatura de todo Puerto Vallarta y gran parte de la costa. Protegerlo, entonces es primordial.

Durante el encuentro estuvieron trabajando artistas como Florencia Guillén, Andrés Aguilar, Raymundo Macedo, Tito Rivas, Tania Rubio, Gerardo Martínez y el mismo Yair López, en conjunto con el biólogo Abraham Reyes y un grupo de estudiantes de biología de la Universidad de Guadalajara

A pesar del silencio, a todos los costados del manglar se escucha el rumor de la ciudad y los autos. “En el fondo hay un cruce de sentimientos, queda muy poco de este manglar y es justo el sitio del estero preservado, pero hay un gran espacio que fue desapareciendo y que estamos ahorcando cada vez más y más. ¿Cuánta gente pasa por aquí todos los días, que vive aquí pero no se da cuenta de esto?, para mí es lo más sublime, esto es la vida, no es un pájaro más. Esto es la vida: la vida no es trabajo, no son coches, es esto”, dijo Tania Rubio, compositora y artista transdisciplinar invitada al encuentro.

“Me interesa generar obras que inviten a la sensibilización y a la concientización ahora que no está perdido para que podamos generar esto desde ahora. Es difícil escuchar a la naturaleza, la humanidad estamos en todos lados, siempre se escucha la huella urbana, es un nivel de inconsciencia de nuestros sonidos siempre en competencia: cada vez nos volvemos más sordos”, señaló.

“Conocer el estero ha sido una experiencia muy interesante tanto como artista que trabaja con el sonido como por conocer la importancia de un lugar así en un sitio como Puerto Vallarta”, dijo por su parte Tito Rivas, creador sonoro e investigador de la Ciudad de México. “Me sorprende la convivencia entre lo urbano y los entornos originales, el manglar que está reducido a una zona tan pequeña, es escuchar a todos los seres que habitan ahí, los habitantes originales expresándose, conectar con esa vida ahí presente y que la expansión urbana y la importancia de crear un destino turístico ha dejado de lado”.

Para él hacer audible el estero implica hacer una invitación al escucha para visibilizar la existencia del estero, no para archivarlo por si desaparece, sino para movernos y evitar que desaparezca y para que los turistas sean más conscientes de la huella ecológica que dejan a su paso.

Jaime Torres, director del estero de El Salado, que además es un área natural protegida, dijo que en el estero hay sonidos en las noches que es poco común que quienes viven en las ciudades ruidosas, no pueden escuchar. “Las nuevas generaciones están creciendo en zonas urbanas donde pocas veces pueden acercarse al campo. Esta es una excelente oportunidad para captar sonidos que queden claros y que podamos sentir estar en un ecosistema silvestre durante la noche”, dijo.

“Los últimos cuatro años hemos operado el área protegida gracias a las aportaciones de las personas que vienen a visitarnos a los recorridos, es importante que la gente conozca y quiera venir, no sólo porque nos ayuda económicamente a mantener el lugar sino porque es un recurso natural de toda la gente de Puerto Vallarta”.

Marina de los Santos, directora del Instituto Vallartense de Cultura, señaló que esta clase de actividades, que generan diálogos con la sociedad, entre el arte y la ecología, son cruciales para la cultura del municipio, sobre todo, dijo, en espacios como el estero que se encuentra asediado por la urbanización y olvidado por las autoridades a nivel estatal. “La idea es tener una memoria acústica del estero porque cada día está más amenazado desde hace unos años, abandonada a su suerte, han dejado de atender sus necesidades básicas, sabemos que afortunadamente hay muchas personas con ganas de que siga vivo, a veces sin un sueldo, y hay que sumar esfuerzos desde el arte para hacerlo”, comentó.

Las piezas sonoras que ocurran con el trabajo de los artistas serán exhibidas en un evento especial, de manera inédita en Puerto Vallarta, durante octubre. Aún están definiendo fechas. Esperan además que queden grabadas a manera de archivo al que los interesados puedan acceder de manera física y virtual. La Secretaría de Cultura también contará con los archivos.

“Me interesa generar obras que inviten a la sensibilización y a la concientización ahora que no está perdido para que podamos generar esto desde ahora”

Tania Rubio, compositora

“Conocer el estero ha sido una experiencia muy interesante tanto como artista que trabaja con el sonido como por conocer la importancia de un lugar así en un sitio como Puerto Vallarta”

Tito Rivas, creador sonoro

 

JJ/I