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Refundación

La promesa de la refundación de Jalisco parece pasar esencialmente por la conformación de un Congreso Constituyente que promulgue una nueva constitución estatal, como lo hizo el extinto Distrito Federal y la naciente Ciudad de México.

No parece fácil que se desate todo el proceso de reformulación constitucional, pues el PAN y el PRI votaron en contra o se abstuvieron en la Comisión Legislativa. Tampoco está claro que MC tenga el apoyo de Morena, con quien tiene frecuentes pugnas y lo mismo podría suceder con los partidos PT y Verde. Sin embargo, cabe preguntarse sobre lo que podrían significar económicamente a nivel estatal este cambio.

En general, las constituciones responden a dos lógicas difícilmente compatibles: por una parte, la de fungir como base de toda la legislación restante (en este caso estatal), lo que supone derechos y obligaciones exigibles en la práctica. Por otra, implica una lógica con objetivo de largo plazo. Un caso es la constitución de 1917, que establecía extraordinarias bases sobre lo que se buscaba que México llegara a ser, pero no lo que se pudiera ser en el corto plazo, luego de una guerra que costó un millón de vidas y la presencia de un gran atraso económico y de una extrema concentración de la riqueza.

Una nueva constitución para Jalisco implicaría entonces responderse: ¿Cuál sería su margen de maniobra en el contexto de la Constitución Federal y de las normatividades municipales?, ¿cuáles serían sus objetivos socioeconómicos en términos de condiciones para la generación de riqueza, distribución equitativa y sostenibilidad ambiental de la entidad?, ¿qué atribuciones tendría el poder público estatal para incidir en la vida económica, qué tipos de regulación y desregulación se establecerían en torno al sector privado?, ¿qué derechos socioeconómicos se impulsarían y cuál sería la manera de hacerlos cumplir?, ¿qué tipos de política económica podrían implantar los gobiernos estatal y municipales y con qué fines?, ¿cómo podría avanzarse en la construcción de una estrategia económica que enfrentará la polarización social, la violencia, el deterioro ambiental y las actividades ilegales?

Lo anterior tendría que implicar un profundo debate social, el respeto a la pluralidad de posturas y, extremadamente difícil, que el resultado fuese consistente y operable.

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JJ/I