¿Crecimiento?

La semana pasada el Inegi anunció que la economía mexicana creció en términos reales 0.4 por ciento entre el cuarto trimestre de 2020 y el primer trimestre de 2021. Estas cifras son consideradas, por algunos, como la evidencia de que la recuperación económica está en ciernes. 

Yo no comparto esta expectativa. Las cifras anualizadas hacen cuestionable que la recuperación esté en marcha. Las cifras muestran que la producción nacional decreció 2.9 por ciento al primer trimestre de 2021. Además, las cifras muestran que México lleva seis trimestres consecutivos de contracción económica. 

¿Por qué no crece la economía mexicana? En mi opinión, hay varias razones. La primera se asocia a la falta de voluntad gubernamental para apoyar fiscalmente a la economía. El presidente parece creer que no tiene sentido que haya intervenciones públicas que incrementen la demanda agregada, la producción y el empleo. 

La segunda se asocia a los rebrotes del Covid-19 y a la crisis del gas LP ocurridos en los últimos meses. Los rebrotes reintrodujeron restricciones en las actividades económicas, las empresas y los empleos. La crisis del gas, por su parte, redujo el abasto de energía a los hogares y a las empresas. 

La tercera razón se asocia a la escasa recuperación de la ocupación y el empleo en 2021. Según la ENOE, entre febrero de 2020 y marzo de 2021 la población ocupada se redujo de 55.7 a 53.8 millones. Además, según el IMSS, entre marzo de 2020 y 2021 hubo una reducción de 457 mil 234 puestos de trabajo. 

En este contexto, México requiere políticas fiscales que verdaderamente promuevan el crecimiento económico. Se requiere políticas orientadas a incrementar el gasto y la inversión pública; a reducir los impuestos y a diferir pagos fiscales. No se requiere una reforma tributaria que incremente los impuestos. 

Estados Unidos y la Unión Europea ejemplifican la efectividad de dichas políticas fiscales para promover el crecimiento. Particularmente, Estados Unidos creció en términos reales 1.56 por ciento entre el cuarto trimestre de 2020 y el primer trimestre de 2021. México, por comparación, creció cuatro veces menos. 

México necesita una reforma fiscal que promueva el crecimiento económico, la recuperación del empleo y la protección de los ingresos públicos y privados. Sin embargo, una reforma así demanda que los hacedores de políticas públicas tomen decisiones responsables, desprejuiciadas y con visión de mediano plazo. 

En mi opinión es ilusorio esperar que pronto el PIB real de México alcance los niveles de 2018. Si bien habrá mejoras en los indicadores económicos nacionales, dichas mejoras dependerán del crecimiento de Estados Unidos y del comercio en la región del TMEC. Sería erróneo atribuirlas a las políticas fiscales prevalecientes en el país. 

* Economista e investigador de la Universidad de Guadalajara 

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JB