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Orozco Loza y su obsesión por el detalle

Perfección. El escultor cuida cada detalle de sus obras, sin importar su eso le toma semanas o meses. (Foto: Grisel Pajarito)

Al entrar a la sala una gran cara nos confronta. A algunos incluso los mira a los ojos. Hay algo vivo en esta escultura de resina. Algo real. De cerca podría jurar que hasta se le mueven los cabellos o que la saliva transita por su garganta.

Detrás de esta cara hay un video en el que puede observarse a detalle cada uno de los procesos que durante tres meses realizó Rubén Orozco Loza para darle vida a la pieza.

“Tengo una obsesión por el detalle muy desarrollada”, contó en entrevista con NTR. “Desde el primer día y hasta ahora busco que las piezas parezcan vivas y no se trata sólo de una reproducción de la realidad, sino una interpretación nueva: quiero que se vea lo humano, que se perciban los defectos, que el espectador se sienta observado y que mis piezas le inquieten”.

De eso trata el trabajo que expone en una muestra retrospectiva de su obra dentro de la Universidad del Valle de Atemajac (Univa), que durante su Semana Cultural curó estas piezas en Hiperrealismo: Perseverancia y perfección. Su trabajo es una escultura que incluso se fija en los poros de la piel y en hacer de los detalles algo que vaya más allá de plasmar una idea y busca generar una figura que casi emana calor.

“Todas las piezas que hago provienen de mis sueños”, dijo Orozco Loza. “A (José Clemente) Orozco lo soñé un día así, mirando hacia un lado, son sueños que no me puedo quitar de la cabeza de lo mucho que me inquieta y entonces pongo manos a la obra".

En el video se ve cómo moldea la resina y cómo entran en la cara vacía. El bigote y la parte rasurada del rostro, las arrugas junto a los ojos, todo ello está ahí.

El artista contó en entrevista incluso que la pieza le llevó alrededor de tres meses, aunque el video dura alrededor de 22 minutos. Dijo que una de las partes más complicadas de este proyecto fue encontrar la máscara mortuoria de Orozco, que se encuentra en un complejo habitacional en la Ciudad de México, donde se encuentran también sus últimos bocetos y que es custodiado por la gente que habita este espacio, en donde Orozco pintaría un mural que no concretó, murió antes.

Bustos de ángeles, del papa, una Frida Kahlo postrada en su cama y envuelta en su huipil son algunas de las piezas que conforman la exposición, además de una serie de pinturas de caballete de la artista plástico Carla Alcántara, que también participa.

Esta muestra estará montada en el Aula Magna del edificio 2, en el campus de la Univa en Zapopan y permanecerá cuatro días a partir de hoy, abierta a todo público de 9 de la mañana a 21 horas. La entrada es libre.

“Desde el primer día y hasta ahora busco que las piezas parezcan vivas y no se trata sólo de una reproducción de la realidad, sino una interpretación nueva”
Rubén Orozco Loza

JJ/I