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Los López amparándose
Porque nos la quitaron
La pregunta ineludible es la siguiente: ¿es posible detener la creciente ola de inseguridad provocada por el crimen organizado sin la intervención de los militares? Si la respuesta es SÍ, surge enseguida la pregunta de cuáles serían las fuerzas idóneas para enfrentarlo. ¿La Policía Federal, las estatales, las municipales? Inmediatamente alguien señala de que, en mayor o menor medida, dichos cuerpos han sido penetrados por la delincuencia organizada. Si la respuesta es NO, se levanta una oleada de comentarios alertando sobre la inminente militarización del país. Advertencia aderezada por un conjunto de ejemplos que ilustran la proclividad de las fuerzas castrenses hacia la violación de los derechos humanos.
El dilema que parece conducir a un callejón sin salida constituye un reto colosal para el presidente entrante y su gobierno. El desastre en que recibe al país en el tema de la violencia y la inseguridad, alcanza proporciones monumentales. Si en 2011 Javier Sicilia calificó a la situación de violencia como una “emergencia nacional”, al día de hoy esa emergencia ha crecido de manera exponencial. La percepción generalizada de los ciudadanos de a pie es la de una absoluta indefensión frente a una espiral que se antoja incontenible.
El 15 de noviembre, Andrés Manuel López Obrador presentó las líneas generales de su Plan Nacional de Paz y Seguridad, que se propone implementar desde el 1 de diciembre. Se trata de ocho lineamientos estratégicos con los que se propone contener y abatir la espiral de inseguridad: 1. Erradicar la corrupción y reactivar la procuración de justicia; 2. Garantizar empleo, educación y salud, 3. Garantizar el respeto y promoción de los derechos humanos; 4. Regenerar la ética de la sociedad a través de una constitución moral; 5. Reformular el combate a las drogas; 6. Recuperación del control de las cárceles y su dignificación; 7. Nuevo plan de seguridad pública para lograr la construcción de una cultura de paz; 8. Creación de una guardia nacional.
Se trata de una propuesta que intenta abordar el tema de una manera integral, que es radicalmente diferente a los métodos utilizados por los gobiernos de Peña Nieto y Calderón, que focalizaron su estrategia al uso de las Fuerzas Armadas y policíacas para contenerlo y cuyo fracaso se cuantifica en más de 250 mil muertos y decenas de miles de desaparecidos. La propuesta de López Obrador, aunque mantiene el uso de la fuerza pública, acompaña esta actividad con una serie de programas, algunos de avanzada, como la legalización del uso lúdico de la marihuana, así como políticas públicas, como el programa de becas y empleos a jóvenes, para neutralizar su incorporación a las organizaciones delictivas.
En el marco de esta estrategia, el grupo parlamentario de Morena presentó en el Congreso la iniciativa para la creación de la guardia nacional, uno de los puntos de la estrategia del plan. Su presentación provocó airadas reacciones en las bancadas legislativas de los partidos de oposición. Por boca de Miguel Ángel Osorio, el PRI rechazó la creación de la nueva fuerza, argumentando que la Policía Federal estaba capacitada y que la medida buscaba “militarizar” el país. Denuncia a la que se sumó Marko Cortés, el bisoño presidente del PAN. Asimismo, numerosas organizaciones de la autollamada sociedad civil, sin tomar en cuenta al plan en su conjunto, se han apresurado a descalificarlo, por la supuesta militarización.
Pero tanto los políticos como las organizaciones civiles deberían de saber que el país ya está militarizado. El país se militarizó aquel aciago 11 de diciembre de 2006 cuando Calderón anunció la operación militar en Michoacán. Y días después, enfundado en una casaca verde olivo que le quedaba ostensiblemente holgada, acompañó el desplazamiento del Ejército a su estado natal. Casualmente las voces que ahora fustigan la intervención del Ejército son las mismas que aplaudieron la guerra calderonista contra el narcotráfico.
Una emergencia nacional requiere de acciones contundentes que enfrenten la complejidad del problema. La iniciativa de Morena se inscribe en esta dirección.
@fracegon
JJ/I