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M3GAN, de muñeca asesina a ícono pop

Este jueves se estrenó M3GAN 2.0, la segunda parte de uno de los grandes éxitos de Blumhouse Productions que lanzó en 2023. La cinta es dirigida una vez más por Gerard Johnstone, y Akela Cooper retomó la escritura para esta historia. La secuela olvida el suspenso de su predecesora para enfocarse más en la acción y el humor. Es un filme absurdo y lo saben sus creadores; sin embargo, también se interesaron en abordar temas más amplios como el poder, el control y los dilemas de la inteligencia artificial. 

La historia comienza dos años después de la destrucción de M3GAN. Gemma, ahora reconocida por su creación, impulsa una regulación estricta de la IA. Mientras tanto cuida de su sobrina, con quien mantiene una relación tóxica. 

Ambas se enfrentarán a AM3LIA, un prototipo militar construido a partir de la tecnología robada de M3GAN. Este personaje, interpretado por Ivanna Sakhno, realmente funciona como antagonista. Muchos cinéfilos se sorprenderán con los homenajes a T-1000, el TX y otras referencias de ciencia ficción. Las secuencias de acción están estilizadas y bien coreografiadas. 

Los primeros minutos de M3GAN 2.0 son potentes y violentos, no obstante el ritmo cae. La primera hora resulta lenta y extensa. De hecho, hay momentos que podrían ser eliminados sin afectar el argumento. Sin embargo, el regreso de la peculiar muñeca (con su carisma, humor ácido y guiños pop) le da fuerza a la cinta. 

El guion aborda los problemas que trae la inteligencia artificial, su control ético y sus aplicaciones militares. A diferencia de la primera película, donde la IA se desbordaba por accidente, en la secuela el diseño bélico es intencional. M3GAN y AM3LIA representan dos visiones opuestas del uso de la tecnología: una figura que busca proteger (aunque lo haga de forma cuestionable) y otra destinada a la destrucción. 

Para M3GAN 2.0, el director se permitió mayor libertad creativa. Hay momentos que intentan repetir el impacto viral de la original: M3GAN baila, canta y protagoniza secuencias absurdas; las secuencias están más pensadas para memes que para avanzar la historia. Aunque algunas de estas escenas resultan simpáticas, otras interrumpen el ritmo o caen en lo ridículo. Esto merma la coherencia de lo que nos quieren presentar en la pantalla. 

Desde el punto de vista técnico, la película se sostiene muy bien. La dirección de arte destaca por su estética futurista, y las escenas de acción están filmadas con buen ritmo. Por su parte, los efectos visuales funcionan, aunque en ciertos momentos M3GAN cae en lo inquietante, no por el tono de la historia, sino por lo artificial de su diseño. Otra cualidad es la música de Chris Bacon, quien cumple con acompañar la acción sin pecar de protagonismo. 

Tal vez a muchos cinéfilos no les guste que M3GAN 2.0 no escape de sus excesos. El tono humorístico es más marcado, a veces incluso demasiado. Algunas escenas se vuelven tan absurdas que podrían desconectar al público. Además, el guion presenta demasiados personajes y subtramas que no aportan a la esencia de la historia, solo sirven para extender innecesariamente su duración a casi dos horas. 

Pero vale la pena verla en la pantalla grande. Dentro de las múltiples secuelas de terror, M3GAN 2.0 es interesante por su ambición y por profundizar en sus temas. Búscala en la pantalla grande y si deseas ver la primera parte, la encontrarás en la plataforma Netflix. 

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GR