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Nueva marcha genera al menos 137 arrestos

INCONFORMIDAD. Los manifestantes franceses de los chalecos amarillos marcharon nuevamente para recordarle al gobierno que reconstruir la Catedral de Notre Dame devastada por el fuego no es el único problema de la nación. (Foto: AP)

PARÍS. Un coche, varias motocicletas y múltiples barricadas ardían ayer en las calles del este de París, mientras una protesta del movimiento de los chalecos amarillos degeneraba en actos de violencia.

Los bomberos de París apagaban múltiples incendios pequeños pero impresionantes alrededor de la Plaza de la República. El olor a gas lacrimógeno, mezclado con humo negro, hacía difícil respirar el aire.

Varios reporteros vieron un auto y motocicletas en llamas, mientras la Policía disparaba múltiples rondas de gas lacrimógeno y granadas antimotines, además que la Policía antidisturbios trabajaba para controlar a la multitud.

Varios manifestantes lanzaron bengalas. La televisión francesa mostró imágenes de médicos voluntarios atendiendo a un manifestante tendido en el suelo.

La jefatura de policía de París dijo que las autoridades detuvieron a 137 personas y que hicieron inspecciones aleatorias a más de 11 mil personas que trataban de entrar a la capital para participar en las protestas.

Los chalecos amarillos reanudaron sus protestas en París y otras ciudades para recordarle al gobierno que reconstruir la Catedral de Notre Dame, dañada por el fuego, no es el único problema que el país tiene que resolver.

Muchos manifestantes se sienten frustrados porque la campaña internacional para ayudar a Notre Dame ha eclipsado el movimiento de cinco meses de antigüedad contra la desigualdad de la riqueza. Es la semana 23 del movimiento contra la inequidad social y el liderazgo del presidente Emmanuel Macron.

Muchos manifestantes están profundamente entristecidos por el incendio sufrido por el monumento nacional, pero muchos están furiosos por las donaciones de mil millones de dólares para Notre Dame hechas por magnates, mientras sus demandas sociales siguen sin respuesta y ellos pasan extenuantes horas de trabajo sólo para sobrevivir.

Algunos medios atribuyeron el regreso de la violencia en las calles parisinas a la infiltración de grupos radicales.

Durante la movilización, principalmente en París, la Policía utilizó granadas y gases lacrimógenos contra manifestantes que intentaron ingresar a las zonas prohibidas para la protesta, y efectuó por lo menos 137 arrestos por violencia, incendios de vehículos y saqueos de tiendas.

Después de una semana marcada por el incendio de la Catedral de Notre Dame, ante el cual el presidente Macron aplazó su mensaje sobre el gran debate nacional, los chalecos amarillos volvieron a las calles en París y varias ciudades del país en lo que calificaron de nuevo ultimátum al mandatario.

El Ministerio francés del Interior contabilizó esta tarde alrededor de 9 mil 600 manifestantes en todo el país, incluidos 6 mil 700 en París, donde tuvo lugar la mayor demostración, con dos marchas que se realizaron sin incidentes, y dos protestas sin permiso que culminaron con enfrentamientos y disturbios.

9600 manifestantes en Francia

6700 inconformes en la capital

137 arrestos al menos en París

23 semanas de protestas contra Macron

da/i