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Informar de problemas y desafíos

Durante la semana que termina los informes de los presidentes municipales de la zona metropolitana tuvieron un lugar importante, pero tal vez más que informar de avances y resultados en el primer año de su gestión la rendición de cuentas de los presidentes estuvo centrada en constatar los principales problemas que padecen los territorios que gobiernan y señalar los desafíos que aún tienen que enfrentar en lo que resta de su gestión. Como bien podemos imaginar, el principal reto sigue siendo el combate a la inseguridad, que va de la mano de un ambiente generalizado de violencia, particularmente contra las mujeres; persistentes desapariciones, homicidios dolosos y la incertidumbre latente sobre la capacidad de los gobiernos municipales y estatal para mejorar las condiciones que requerimos los ciudadanos para vivir y trabajar en paz.

A Ismael del Toro no le quedó otra que reconocer la percepción generalizada de inseguridad que priva entre los tapatíos, destacar como retos el combate a la violencia contra las mujeres y la disminución de robos. De resultados, nada. Destaca en su discurso como de añoranza de lo que puede hacerse. Pero además de plantar una patrulla en cada colonia y de la unidad especializada en atención a la violencia contra las mujeres, como medidas específicas, en su discurso prevalece el tono de trabajar por la utopía de volver a ser la Guadalajara de antaño: ordenada y pacífica.

En Zapopan, Pablo Lemus puso énfasis en logros relacionados con obras públicas, apoyo a la inversión privada y programas sociales, pero evitó informar sobre la incidencia delictiva en el municipio que gobierna.

La inseguridad y el manejo adecuado de los residuos y basura fueron temas a los que Lemus prefirió dar la vuelta, aunque desde cierta mirada podríamos decir que el trabajo en los centros comunitarios Colmenas, desde los que se ofrecen servicios a colonias marginadas, disminuir la tasa de desocupación y promover el emprendimiento e innovación, son énfasis desde los que el gobierno zapopano quiere abonar a mejorar las condiciones que propicien la seguridad y la paz. Puntualmente otorgar pulsos de vida para que los activen las mujeres en situación de riesgo y la creación de una policía metropolitana son acciones que están por realizar y ya se evaluará su eficacia.

En el caso del gobernador Enrique Alfaro, aunque no se presentó a rendir cuentas, el periódico El Financiero presentó los resultados de un trabajo de evaluación de los gobiernos estatales, en los que el de Jalisco logró la posición 17 entre las 32 entidades. Y con respecto a las expectativas iniciales que se tenían con respecto del gobernador -a nueve meses de gobierno-, tenemos que 47 por ciento de los entrevistados aprueban el desempeño de Alfaro, mientras que 45 considera que ha sido malo o muy malo. Lo grave de esta comparación es que, en el tema de la seguridad, 72 por ciento de los jaliscienses encuestados reprueba el desempeño del gobernador en este rubro. Así Jalisco tiene el poco honroso antepenúltimo lugar en inseguridad, sólo superado por Baja California y Guanajuato.

Otro indicador de contraste entre las altas expectativas generadas por el gobernador Alfaro, en su campaña y la desatención que ha tenido con las comunidades wixaritari, es el hecho de que hace siete meses las comunidades asentadas en los municipios de Mezquitic y Huejuquilla le entregaron una agenda de programas sociales, infraestructura, educación y salud, y aún esperan la atención y respuesta de su gobernador. ¿Hasta cuándo el mandatario se dignará atender esas demandas?

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JJ/I