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Los López amparándose
Porque nos la quitaron
Por la pandemia de Covid-19, la catequesis también se realiza a distancia.
Gabriela Salinas Mendoza lleva cuatro años como catequista en la Parroquia Nuestra Señora de Santa Ana, en Naucalpan, Estado de México, pero por la contingencia tuvo que usar por primera vez herramientas tecnológicas para dar su clase.
La ventaja es que puede conectarse todos los jueves a partir de las 17 horas desde la casa de su mamá, en Guadalajara, y platicar con nueve niños de cuarto de primaria que viven en Naucalpan.
La catequista reconoció que sí es difícil captar la atención de los niños en línea, ya que están cansados de llevar clases virtuales por la mañana o de tareas, por lo que busca que la actividad sea divertida.
Gabriela se apoya de los padres de los menores vía WhatsApp, donde previo a las clases les deja lecturas y ejercicios a resolver, para que cuando los niños se conecten puedan hablar de las actividades.
Muchos que realizan labores a distancia durante la pandemia han tenido problemas de comunicación y ella no ha sido la excepción: “A veces se corta, eso sí como que es fastidioso. (A veces) de repente también están viendo el techo o bailando”.
Las clases presenciales que daba antes de la contingencia duraban hora y media. Ahora, para retener la atención de los menores de manera virtual, las hace de 45 minutos, de los cuales 10 son de juegos. Para dar la clase y volverla más interactiva, cuenta con el apoyo de Emilio, otro maestro de 15 años.
jl/I